Domingo de Ramos y señorío

Domingo de Ramos, comienza el verdadero pregón de la Semana Santa de una Almería de Fe, en la que cada persona, cada cofrade, cada almeriense y cuantos nos visitan en estas fechas, la sienten y la viven de un modo íntimo, personal e intransferible, pero con un sentido cristiano en ese camino en gracia de los cortejos procesionales que con la Cruz de Guía alzada y con oración esperanzadora llegarán a la S. y A. I. Catedral de la Encarnación.

La primera en misión apostólica en el día de palmas y olivos será la Cofradía de la Borriquita partir de las 10:00 horas desde la Iglesia parroquial del Espíritu Santo bajo la dirección espiritual de canónigo y vicario general, Rvdo. Ignacio López Román, convirtiéndose en el gran pórtico de la Semana Santa de Almería, de apertura de los gozos y las ilusiones viendo a Cristo como Rey del Universo sobre los lomos de un pollino.

Domingo de Ramos, de gran dimensión cofrade, las calles se llenarán de niños con sus familias para enseñarles que nuestra fe no es un creer, es un vivir, y un vivir con la impronta de la comunidad parroquial para que conozcamos a Dios, al Cuerpo Místico de Cristo, por medio de la luz de las candelerías y cirios que convierten a Almería en un templo a cielo abierto dando gracias a Cristo porque nos redime, pidiéndole perdón a Dios y cuidando de la dolorosa María Santísima de la Paz.

En la hora canónica nona, 15:00 horas desde el templo de San Isidro Labrador en el barrio de Regiones, la Sacramental Cofradía de la Estrella, dolorosa de dulce nombre, sereno y bello bajo palio azul mediterráneo, iniciará como un crisol de oro su itinerario camino de la carrera oficial, saliendo al encuentro de los millares de mujeres y hombres, que con alma y el carisma de esta ciudad indaliana esperan con sentires religiosos el paso penitencial del Cristo de las Penas en el misterio de su Pasión y en el Sacramento de la Eucaristía, y la devoción a su Madre en el dolor, la alegría y en el gozo.

Habrá unos momentos esta tarde que durante el tránsito de La Estrella por calle San Leonardo el cortejo irá en absoluto silencio para que pueda ser contemplado por las familias con miembros que tienen autismo – TEA-, en virtud de la relación fraternal entre esta corporación penitencial y las entidades ALTEA y DÁRATA.

Y de un querido barrio de Regiones a otro señero barrio de los Ángeles para poder contemplar a partir de las 16:00 horas, entre la Iglesia parroquial Nuestra Señora de los Ángeles y la Casa de Hermandad situada en la Plaza de la Plata, y descubrir el eco profundo de los corazones que se abrirán en un cántico armonioso de dolor y alegría al contemplar a la Cofradía de los Ángeles en una simbiosis perfecta entre pueblo y cofrades, expresión genuina de la religiosidad popular, camino del templo catedralicio entre el clamor del bullicio ante el dolor de la Reina y Soberana, María Santísima de los Ángeles, las oraciones echas saetas por la Peña El Morato compartiendo en sus quebradas voces la compasión del Santísimo Cristo de la Misericordia en su Crucifixión y los compases musicales que iluminan un camino de esperanza.

Prosigue la procesión, entrada ya la sublime noche, el regreso sereno al barrio de los Ángeles por la calle de las Cruces de señorial encanto, en donde las Hermandades del Perdón – Martes Santo- y El Silencio – Jueves Santo- les recibirán en sus Casas de Hermandad, como anteriormente otras Hermandades lo habrán hecho, y sus capataces pararán los pasos entre los aromas del incienso, para que puedan recibir el testimonio desde los ojos del alma, que el amor de Dios doliente en su Crucifixión se ha hecho presente con la calma celeste del palio de Los Ángeles.

Cuando el sol reverbera en el Domingo de Ramos de una Almería en estado de gracia dichosa, otra saeta enmudecerá a los feligreses que se encontrarán en los aledaños de la calle Ricardos para presenciar a las 18:30 horas a la Sacramental Cofradía de la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad, desde la Iglesia de San Pedro Apóstol, bajo el rectorado pastoral del canónigo Rvdo. Juan Antonio Moya Sánchez revestido con el hábito coral de capitular, tras haber dirigido a los integrantes del cortejo procesional unas breves y sencillas palabras, instándoles a realizar una auténtica Estación de Penitencia a la Catedral y por el discurrir de los conventos de clausura de las Esclavas del Santísimo Sacramento, Las Puras y Las Claras; un compromiso cristiano por Cristo y su Pasión en la Santa Cena, en la instauración de la Eucaristía, la forma más misteriosa de vivir el amor de Cristo, que tanto nos ama que decidió quedarse en el Sagrario como alimento y agua viva, y su bendita Madre, la Virgen Santísima de Fe y Caridad, hacedora de la unión de la Iglesia y Esperanza nuestra.

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