Aarón Martínez

Que Dios nos pille confesados

La pelota no se mancha

09 de agosto 2024 - 03:08

Asolo diez días del comienzo del campeonato liguero, la UDA parece dispuesta a mantener la columna vertebral del equipo que finalizó la pasada temporada con 21 puntos en Primera División. A pesar de las innumerables veces que nos intentaron vender aquella burra de ‘la mala suerte’, Rubi despejó cualquier tipo de factor azaroso en su presentación como entrenador del equipo. El técnico de Vilassar de Mar asume una plantilla sumida en un rol perdedor. No quiere decir que ello implique que ninguno de ellos sea válido en el presente, aunque lo cierto también es que otros tantos siguen empeñándose en demostrar sus incapacidades en esta pretemporada veraniega. Ni siquiera hace falta mencionar algunos nombres para que los sabios lectores imaginen por dónde van los tiros. Con la buena venta de Marc Pubill, que todo apunta que se marchará traspasado a la Atalanta a cambio de una cifra cercana a 20 millones de euros, las incorporaciones ahora sí son de obligado cumplimiento. La defensa, mal endémico de este conjunto, necesita refuerzos en prácticamente todas sus posiciones. Y de centro del campo hacia delante aparece una disyuntiva un tanto compleja. Son todos muy buenos, extraordinarios futbolistas con capacidad de ser diferenciales en Segunda División. Podemos comprar este argumento con relativa facilidad. Sin embargo, a la hora de verdad, siempre hay un ‘pero’ en cada uno de estos jugadores. La recuperación de Luis Suárez, la mentalidad de Ramazani, la madurez de Arribas, el estado físico de Melero o Koné, el liderazgo de Robertone, la adaptación de Melamed, la impasibilidad de Lopy. Y así con una lista que, en su mayoría, no fue capaz de ganar un partido el curso pasado hasta primavera. La primera piedra en el camino será el Racing de Santander. Que Dios nos pille confesados.

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