Tribuna Económica
Fernando Faces
El gasto público explica el 59% del crecimiento
Peces de Ciudad
No recuerdo un mes de agosto más extraño y laborioso que el de 2019. Quizás fue porque me incorporé muy relajado al trabajo, después de más de treinta días de vacaciones, justo el mismo en el que Turki Al-Sheikh llegó a a tierras almerienses . Para colmo, en pleno aluvión de informaciones sobre el tema se tomaban un más que merecido descanso mis compañeros Paco Gregorio y Pablo, que ya se habían dejado la piel currando en julio mientras yo me bebía Tarifa entera. Ahora nos tocaba a Rubén Rozas, nuestro becario por aquel entonces, y a un servidor coger el toro por los cuernos. El jeque generaba información cada media hora y, aunque el asunto saudí nos fue dando tregua, solo un acontecimiento le quitó protagonismo: la desaparición de Wicos en Feria. Organizada por los propios peñistas de la UDA, en cuyas categorías inferiores trabajaba el desaparecido, se realizó una batida por la Vega de Acá y el río. Caminando por un Andarax seco y lleno de basura me encontré con Carlos Hinojo, entrenador del UDA femenino. Hablamos de cómo estaba cambiando el club. Y es que siempre que coincido con Carlos, conversamos sobre fútbol de una forma agradable, quizás porque nos conocemos, por su amistad con mi primo Álex, desde antes de que él se sentara en un banquillo y de que yo escribiera en un periódico. Mucho antes, desde los tiempos del Fútbol 3 de Canal +. El pasado fin de semana anunció que se marcha por motivos personales que aún desconozco, pero que espero que me cuente con tranquilidad la próxima vez que nos crucemos. Tendrá sus razones de peso y no habrá sido fácil despedirse de las chicas con las que hizo historia, por lo que le mando mucho ánimo, le deseo toda la suerte del mundo y aprovecho para agradecerle su caballeroso trato.
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