Javier Góngora

Cuestión de fe

El bisturí

27 de marzo 2025 - 03:07

Aeste Almería, simplemente, no le da para el ascenso directo. A los hechos me remito: suma 44 goles en contra, encaja el 30% de los tantos en los primeros 20 minutos de partido -todos ellos, fuera de casa- y tan solo pudo brindar a su afición dos victorias en liga durante este 2025. Datos, no opiniones. Da igual que Rubi ponga en sobre aviso a la plantilla en la previa del partido. La UDA cae de manera constante en los mismos errores que le hicieron despedirse de Primera antes de tiempo; en los fallos que provocaron que el equipo estuviese, momentáneamente, en puestos de descenso a principio de curso; en las pifias que le dejaron fuera de los puestos de privilegio en cuestión de un mes. En Burgos, lugar donde se debió dar ese punto de inflexión necesario para poder sacar la cabeza en el momento más importante de la temporada, rememoramos la peor versión del Almería. Esa en la que cada fallo grosero en campo propio, tres para ser exactos, se traduce en una alegría del rival. A nadie le pilla por sorpresa la famosa fragilidad defensiva, tanto que incluso Melero reconoció que, bajo una nómina de goles en contra tan abultada, es imposible subir a Primera. Pero lo que verdaderamente inquieta a estas alturas de la película es la mandíbula de cristal de un equipo que, tras el 2-1, se descompuso con más de 20 minutos por delante y con todo lo que hay en juego. Aun estando a tiro el play-off, escenario en el que sí confío tanto por el amable calendario que se presenta como por el típico golpe de fe de un aficionado, resulta impensable hoy en día que el Almería sea candidato para subir incluso bajo esta vía. La razón, la dichosa debilidad mental que padece este grupo para despedirse de los partidos a las primeras de cambio. Espero equivocarme, pero si este elenco sufre mentalmente en el campeonato regular al primer croché del rival, no me quiero imaginar en un formato como el de la promoción...

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