Visto y Oído
Muchachada
La victoria ante el Levante volvió a activar toda la maquinaria. La afición acudirá en masa al Nuevo Los Cármenes, la plantilla vuelve a hablar de ascenso directo y Rubi comienza a tirar de calculadora para tratar de guiar a los fieles. El pastor de Vilassar de Mar, porque lo de arquitecto ya empieza ser parte de su primer capítulo en Almería, marcó la puntuación que tiene que conseguir su equipo si quiere regresar a Primera División por la vía rápida: entre 72 y 75 puntos. Esas cuentas de las que ya hemos hablado en esta tribuna y que son sencillas dentro de la complejidad de una competición en la que reina la locura. La UDA tiene que ganar, casi de forma definitiva, los cuatro encuentros contra los equipos en puestos de descenso. O dicho de otra forma: vencer tres de los próximos cinco compromisos. El duelo de Granada servirá de puente para que esa obligatoriedad apriete más o menos. Sin embargo, a diferencia de lo que ha pasado a lo largo de toda la temporada, y sin que sirva como excusa, los rojiblancos se enfrentan mañana a un rival tocado. Esa necesidad de ganar, que tantas veces ha cargado el equipo almeriense, se traslada ahora al lado nazarí. Es su último tren para lograr el ascenso y la gestión emocional del choque abre un escenario favorable para los visitantes. Rubi ha remarcado la importancia de dar ese primer golpe que puede ser mortal para los de Fran Escribá, más que cuestionado en la ciudad granadina. Un contexto que, cuando el colegiado marque el inicio de las hostilidades, quedará completamente olvidado. No obstante, si tan importante era ganar al Real Zaragoza para acabar con la racha y vencer al Levante para mantener la esperanza por los dos primeros puestos, lo de este sábado es el impulso definitivo para el asalto al ascenso directo. Con las cuentas claras, ahora solo falta lo más difícil: llevarlas a la práctica.
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