Y un solo corazón

Pasión literaria

09 de julio 2024 - 03:09

Este año por primera vez, gracias a Francisco Fernández Verni, presidente de la Agrupación Nacional de Legionarios de Honor “José Ortega Munilla”, tuve ocasión de asistir en la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión incardinada en la Base militar “Álvarez de Sotomayor”, este día 1 de mayo de 2024, al 99 aniversario fundacional en Dar Riffien de la VII Bandera Valenzuela perteneciente al Tercio Don Juan de Austria, III de la Legión, siendo la unidad militar más antigua de las que integran la Legión española y que jugó un papel fundamental en el desembarco de Alhucemas.

Unos días más tardes, de la mano de la perito agrícola Ana María Moreno Jaldo, me regaló el libro “Y un solo corazón” escrito con alma legionaria, regular de corazón y mente guerrillera por el almeriense Salvador Francisco Triviño Hernández, y en cuya dedicatoria este autor curtido en la milicia plasmó con tinta amanuense una dedicatoria que viene a definir los sentires más profundos de la novela: Los guerreros más feroces y temibles no son aquellos que luchan por odio, sino aquellos que luchan por defender lo que aman.

Los hechos novelados en 323 páginas impresas y editadas por Letrame, se refieren al despliegue en Afganistán de un contingente militar español integrado por unidades de la VII Bandera de la Legión Española “Valenzuela”, en el que su autor, el oficial Triviño Hernández, expresa con magistral narrativa novelada un grito de hermandad y fiereza, un homenaje al honor y al valor, una veneración de la lealtad y el sacrificio, un pellizco en el corazón al recordar a nuestras familias y un alarido de dolor por la crueldad e impiedad de las batallas que pierdes, sin tener la oportunidad de luchar.

Tras su primera novela “Mi hermanico” el mayor tesoro y hasta donde sería capaz de mantener el lazo de consanguinidad y afinidad en los momentos difíciles para superar las contingencias que la vida nos pone en el camino, llegó este relato “Y con el corazón” de Salvador Francisco Triviño, marcado con la impronta del Credo de la Legión, que lo ha culminado con sobresaliente “cum laude”, dentro de los deberes sacrosantos derivados de su vocacional praxis laboral y de servicio público a España.

Recoge con excelente sintaxis gramatical determinados hechos novelados acontecidos en misiones internacionales de paz, los cuales vivió en primera línea de fuego, para hacer cumplir desde el angular de la literatura y la impronta militar, el poder saldar la deuda de honor que lleva consigo en su vida profesional: El Espíritu de Compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.

Comienza su relato con esa oración personalísima al Señor de la Vida y la Esperanza, Protector de la Legión, Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas: ¡Señor, dadme fuerza y valor en la batalla, honor en la derrota y humildad en la victoria!

Qué Dios le bendiga por su testimonio como persona y militar, y en estos momentos con la siempre bienaventurada Virgen del Pilar por encontrarse sirviendo bajo el lema “Todo por la Patria”, desde el Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil. Siempre a sus órdenes mi Teniente.

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