Demasiado convencido

Apocas horas de que arranque el curso, el Almería prácticamente sigue con los mismos jugadores que la temporada pasada solo ganaron un partido en casa, que fue de los más goleados y que acabó penúltimo y descendiendo de categoría. Un grupo que hizo una temporada horrible y que nadie se imaginaba en el peor de los casos habiendo gastado el club más de 50 millones de euros en reforzar una plantilla que se salvó en el último cuarto de hora del campeonato en la 22/23. Excepción hecha de los que cumplían contrato y los que han salido porque así lo ha considerado el club, solo un refuerzo para intentar volver a Primera. Tras la ofrenda floral a la Virgen del Mar, demasiado convencido vi a Rubi de poder alcanzar el objetivo del ascenso. No sé. Si este grupo hizo el ridículo y este curso parte como uno de los claro favoritos -al menos es el discurso que de puertas hacia afuera hace el vestuario- que les habrá visto a estos jugadores Rubi para estar tan convencido de que puede devolver al equipo a la élite. Algo ve que los demás ni olemos, porque el grado de confianza en esta actual plantilla está bajo mínimos, dado su rendimiento y nivel competitivo la pasada temporada. Todos sabemos que Primera no es Segunda. De ahí lo extraño que, habiendo llegado solo un refuerzo, el entrenador confíe tanto en estos jugadores. Es más. Esta semana ya se ha escuchado en el vestuario lo de la palabra “líder”. No sé, pero creo que demasiado pronto ha empezado a sacar pecho esta plantilla que tantos palos se llevó la temporada pasada. La categoría de plata es durísima, muy larga, en la que hay diez o doce equipos que parten con el mismo objetivo, que no es otro que el del ascenso directo, y solo hay dos plazas. Un equipo acostumbrado a no ganar tiene que haber reseteado bastante bien durante esta pretemporada para ya no solo pensar en ascender directamente si no hasta llegar a hablar de liderato. Mucho me temo que la mochila esta temporada va a ser muy pesada. Tiempo al tiempo.