De buenos, feos y malos

Andamos indignados porque parece que la obra maestra ‘El Bueno, el Feo y el Malo’ se grabó solo en Burgos gracias a que por aquellas tierras están sabiendo explotar su legado cinematográfico, a diferencia de lo que hacemos en Almería. Nos indignamos porque se habla más de Burgos que de nuestra tierra, y en verdad es una vergüenza que la provincia burgalesa nos esté dando una lección si consideramos toda la historia de cine que tenemos. Pero no nos paramos a pensar que el lamentable papel de nuestras instituciones y de la sociedad almeriense en muchas parcelas, incluida la falta de celebración de nuestra rica historia como tierra de cine, donde no incluyo poner unas placas en un paseo de la fama abandonado a su suerte y comido de mierda. Antes de indignarnos porque Burgos, con menos, haga lo que somos incapaces de hacer nosotros, entonemos el mea culpa. Y esto se aplica también a la UD Almería. Mi colega Gregorio Navarro cuenta la indignación que hay en el club con los arbitrajes recibidos en este arranque de temporada. Yo también estoy indignado, y me entran sudores fríos recordando la campaña de José Gomes, donde colegiados y VAR se encargaron de minar la moral y asegurarse de que nos quedáramos fuera de la lucha del ascenso directo. Llevamos 4 jornadas y en 3 de ellas nos han tangado con decisiones clamorosas y alevosas en contra del Almería. Eso es cierto. Pero, como con Burgos, no podemos desviar la atención del papel nuestro en todo esto, empezando por la planificación, donde Rachad y Marezi son nuestros únicos revulsivos en caso de necesidad, y donde seguimos con una defensa de pandereta a la que es muy fácil meterle mano. Me parece bien quejarnos de los árbitros, porque apesta, pero no es menos bochornoso que nuestros jugadores salgan al campo sin la concentración, actitud e intensidad necesarias para competir en una categoría tan perra como Segunda. La planificación, hasta el mercado invernal, a no ser que surja algún jugador libre en condiciones, no tiene arreglo. Lo de la concentración, actitud e intensidad está en mano de Rubi y sus jugadores. Si nos creemos mejores que nadie, nos vamos a llevar una hostia enorme...