Visto y Oído
Sonia
Desde mi córner
Prácticamente sin despeinarse, España convirtió en un mero trámite la obligación de ganarle a Serbia para meterse en cuartos de esta joven Liga de Naciones. Y todo arrancó bien temprano con un testarazo de Laporte a pelota parada cuando no se habían cumplido los cinco minutos de juego. Bajo el diluvio, ese juguete que ha armado Luis De la Fuente se mostró insultantemente superior a los balcánicos como así reflejaba el 3-0 final.
Con un buen puñado de ausentes por lesión compuso el riojano un equipo muy bien compensado. Con Zubimendi en el puente de mando más Fabián y Merino, el centro de campo fue netamente español y lo cierto es que en muchas fases del partido, Serbia dio una imagen de equipo menor que venía a no sufrir una derrota dolorosa. En el primer tiempo, tras el tempranero gol de Laporte, el juego se caracterizó más por los tiempos de posesión que en llevar peligro a Rajkovic.
Fue en la segunda parte cuando España metió a Serbia en su área. Combinando con sincronización, siempre encontraban el resquicio por donde hacer daño. A falta de Lamine y de Nico, Pedro Porro y Cucurella ensanchaban la pista para jugar por fuera o con Fabián y Merino si era por dentro la posibilidad. Hubo hasta un penaltito que Morata se encargó de fallar, pero el aluvión de combinaciones no tardaría en encontrar su premio en forma de goles, dos goles más.
Ahora sólo cabe esperar al 15 de noviembre en Copenhague para saber quién encabezará el Grupo 4-A para el 18 cerrar como local frente a Suiza, pero lo mejor es tener constancia de que la tarea es correcta y que el camino se abre esplendoroso para el actual campeón de Europa. El convencimiento de que estamos ante una veintena larga de futbolistas de garantía da mucho pie al optimismo. Sin duda alguna, el equipo que debiera ser el de todos está en muy buenas manos.
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