Brasil decime qué se siente

La semana pasada Argentina venció a Brasil por 4 a 1 en un partido disputado en el estadio Monumental de Núñez, casa de River Plate, correspondiente a las eliminatorias sudamericanas. El encuentro se jugó después de unas polémicas declaraciones de Raphinha en una entrevista con Romario, donde el delantero del Barcelona aseguró que darían una paliza al conjunto argentino, lo que sirvió para calentar el ambiente. Obviamente que estas palabras no cayeron bien en la albiceleste ni en ningún argentino, que, deseosos que Raphinha se comiera sus afirmaciones, alentaron y llevaron al equipo de Scaloni en volandas para conseguir un triunfo tan arrollador como histórico. Si el Brasil de la actualidad no atraviesa sus mejores horas, las declaraciones de Rafa no sirvieron más que para espolear a los locales que fueron a por el eterno rival. Desde el comienzo, en el minuto tres, Julián Álvarez marcaba el 1 a 0. Control, toque y baile y un estadio que se venía abajo. Comenzaba a consumarse la venganza futbolística. Ganar a Brasil siempre es una buena noticia para los argentinos y conlleva una carga de euforia indescriptible. A la media hora de partido, la albiceleste ganaba 3 a 1 y la canarinha sufría sin reaccionar. Los olé bajaban desde las gradas y el cuadro local, sin jugadores como Messi o Lautaro, jugaba como los ángeles. Enzo Fernández a los 12 minutos, Alexis Mac Allister y Giuliano Simeone terminaron la tarea ante la alegría general de un país que se las merece. Una goleada que marcará un antes y un después entre las dos grandes potencias del fútbol del sur, porque a Brasil nunca le marcaron cuatro goles en fase clasificatoria, porque Argentina le ganó primero de visitante y luego de local, le rompió el empate en encuentros ganados (43 para Argentina y 42 para Brasil). Con la victoria ante la verdeamarela, Argentina ya está en el próximo Mundial, ganando, gustando y goleando como le gustaba decir a Menotti. Nadie se olvida tampoco que esta misma selección campeona del mundo le ganó a Brasil la final de la Copa América en el mismísimo Maracaná. Los argentinos, desde hace un tiempo, andamos cantando: Brasil, decime que se siente.