Bochorno sobre el ring
Bochorno sobre el ring
El combate entre el ex campeón mundial de boxeo, Mike Tyson y el youtuber Jake Paul, -un joven devenido en peleador profesional-, podrá recordarse como uno de los grandes bochornos de los últimos tiempos. Claro que nadie podía tomarse en serio esta puesta en escena, pero de ahí a lo visto en la retransmisión de Netflix, considerar el cruce como algo profesional, es mucho decir. Me sabe mal ver a Iron Mike, en esta situación tan grotesca. El hombre de Nueva York, seguramente la última leyenda del boxeo, ahora se presta a shows -a los que solo faltó Donald Trump-, que rentabiliza de una manera extraordinaria, todo hay que decirlo. En esta ocasión, el ganador no se llevaba la mayor cantidad de la bolsa, sino que ya estaba pactado el fifty fifty. Cuarenta millones para cada uno de los protagonistas, parece que hacen merecer la pena de semejante simulación. Tyson, quien a los 19 años noqueba a todo el que se le ponía por delante, anunciando el round en el que el contrincante iba a caer, ahora se presta a una farsa como si de lucha libre mexicana se tratara. La madrugada de este sábado, el ex campeón durante los tres primeros rounds, no sacó las manos, sabedor que cualquier acto reflejo mandaría a dormir a Jake Paul. Ni un solo golpe, ni un amago de pelea, para después dejarse llevar ante el ímpetu del retador quien ganaría la pelea por decisión del jurado. Para lo que hemos quedado. El boxeo sucumbe ante las artes marciales mixtas y me temo que las inolvidables noches de los años 70, 80 y 90 ya no volverán. Los jóvenes de hoy no saben o no conocen a Marvin Hagler, Roberto Mano de Piedra Durán, Pipino Cuevas, Carlos Monzón o Tommy Hearns. Alguno quizá haya oído hablar de Muhammad Alí. Allí, en los ´90, se terminó todo y de ahí en más, el deporte del box entró en decadencia. La violencia no ha sido el motivo ni la sociedad de ofendiditos en la que vivimos. Solo desaparecieron los grandes maestros y las viejas escuelas. El talento escasea y la calidad ha bajado. Ver a Mike Tyson ganándose la vida como puede, me deja una extraña sensación, aunque soy capaz de entenderlo.
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