Ramón Gómez- Vivancos

La ausencia de un delantero centro

02 de septiembre 2024 - 03:06

El reencuentro con la Segunda División en el UDA Stadium no pudo ser más explícito. Rivales estajanovistas que, con independencia del contexto, están programados para persistir en su idea como si fueran el conejito con pilas Duracell. Es el escenario que la UDA se encontrará en cada choque, no para subsistir en la categoría, sino para intentar permanecer en la parte alta de la tabla antes de las diez últimas jornadas donde casi todo se decide.

Entonces ¿está preparada esta UDA para dicho reto? En principio sí, hasta ahora los de Rubi han demostrado estar un peldaño por encima de sus rivales, pero ciertas deficiencias pueden complicar sobremanera el objetivo marcado. El cierre del mercado de fichajes ha sido bueno por un lado y muy malo por otro.

La buena noticia vino por la continuidad de los jugadores más cotizados. Ha sido un logro, como lo fue cuando se retuvo en Segunda un año a Sadiq para, gracias a su aportación, lograr el ascenso. Se hablaba de la necesidad de un extremo después de la marcha de Ramazani, pero lo que realmente necesario es un delantero centro rematador.

Como se ha comprobado en estos primeros choques, Suárez es un gran delantero para la categoría, pero no es un goleador nato. El colombiano funcionó a las mil maravillas con El Bilal, con ese delantero más rematador, ya que realiza a la perfección otra labor atacante. Sin embargo, el mercado se centró en la búsqueda de un extremo que también hacía falta, pero si por las cuestiones que fueran sólo podía arribar un jugador más, personalmente habría apostado por un ariete rematador.

Ante el Sporting se volvió a demostrar esa carencia por encima de la de ese extremo. El problema viene cuando hay que echar mano ante una urgencia. Si es Marezi el encargado de solventar esa papeleta, no sólo es sinónimo de fracaso, sino que no deja de ser un insulto futbolístico hacia cualquier afición. Es como disponer de un BMW con piezas de recambio de un 600. Puede que Rubi pensara que el serbio podría enganchar con su testa algún centro a la desesperada, pero se volvió a comprobar que ese chico no funciona.

Ante esta lamentable circunstancia, habrá que confiar para esas situaciones límite en Rachad, sin duda mucho más jugador y, sobre todo, goleador. Habrá que observar la evolución de la temporada, pero ojalá que Suárez no se resfríe de aquí a enero.

Gran parte del éxito de esta campaña radicará en la efectividad en ataque y en saber cerrar un choque para que no pase como ante el Sporting. De poco sirve dominar si, tras acertar, al rival se le concede una oportunidad como la que tuvo para empatar. Se requiere más contundencia para que dicha superioridad se vea reflejada en el marcador.

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