Asignatura pendiente

El Almería tendrá que ir a la convocatoria extraordinaria de enero. Llegados al mes de septiembre, los rojiblancos han fiado su destino esta temporada al hacer de Rubi. Entiendo que la institución quiera sacar pecho de la morterada del ejercicio anterior, pero el plantel indálico pedía a gritos más refuerzos este verano. A este servidor no le leerán soltar topicazos del estilo de “los mejores fichajes son la continuidad de Luis Suárez, Marc Pubill o Luis Maximiano” y más porque la intención del club era sacar una buena tajada con sus salidas. Evidentemente, mantener una columna vertebral siempre es positivo y sobre todo para un técnico que ya vió cómo se la desmantelaban en tiempos pasados. Pero la realidad invita a pensar que sólo se ha introducido una única cara nueva en la tropa almeriensista por la falta de pretendientes en el mercado. Basta con observar la hoja de ruta de la entidad en los últimos años. El once titular es competitivo para la categoría, sin duda alguna. Suena muy bien y no variará respecto a lo que hemos visto en las primeras jornadas de campeonato. Pero la angustia regresa a la mente del fiel unionista cuando este se detiene a analizar el banquillo. Independientemente de que Rubi defienda a capa y espada a su tropa, es irremediable que el aficionado no recuerde el desastre del curso pasado a tenor de la falta de efectivos en la punta de lanza. Si Luis Suárez pilla un resfriado, el gallito de Segunda se cae por completo. No es serio depender del colombiano para una delantera que ni mucho menos es la más contundente de la liga en la meta rival. Y ni hablar del extremo, una demarcación que cuenta con varias alternativas, pero del mismo perfil, o la defensa, que sigue siendo la misma que encajó 75 dianas. La UDA saca un aprobado raspado por su indiscutible acierto en la elección del entrenador rojiblanco, pero aún sigue con asignaturas pendientes.