Tribuna Económica
Fernando Faces
El gasto público explica el 59% del crecimiento
La ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) no es ninguna broma, sino todo lo contrario. Se trata de una de las más crueles enfermedades que le puede tocar vivir a un ser humano. Desgraciamente, buena prueba de ello pueden dar las miles de personas que padecen esta enfermedad y sus familias. Entre ellos se encuentra Juan Carlos Unzué, quien fuera portero de equipos como Osasuna, el FC Barcelona o el Sevilla, entre otros, así como también tuviera su carrera de entrenador en equipos como el Numancia, el Racing del Santander, el Celta, el Girona o el FC Barcelona, este último en el que ejerció como segundo entrenador formando parte del cuerpo técnico de Luis Enrique. Alguien que sin el menor tipo se duda se ha convertido en un ejemplo de cómo afrontar esta dura enfermedad y uno de los mayores defensores de los pacientes que tienen que hacer frente a la ELA. Ejemplo de ello lo vivimos la pasada semana, cuando Unzué junto a otros de sus compañeros, como así a él le gusta llamar a quienes padecen su misma enfermedad, se dieron cita en el Congreso de los Diputados en una jornada parlamentaria en la que se celebró una comparecencia ‘Por una regulación que garantice una vida digna a las personas con ELA’ después de años en los que la ley para enfermos de ELA ha estado -y sigue- escondida en un cajón como si aquí no pasara nada. Durante su intervención, Unzué preguntó cuántos diputados había en la sala, contando el navarro apenas cinco. La enésima muestra de lo poco, o más bien nada, que a los políticos les importan en resto de los mortales hoy en día. Lo que tenía que ser un acto en el que se volcaran nuestros representantes institucionales, acabó teniendo prácticamente nulo apoyo político. “No nos vale con buenas intenciones y palabras bonitas, necesitamos hechos, acciones, que esa ley se tramite ya y que esas ayudas estén al servicio de los afectados lo antes posible. Si algo no tenemos es tiempo que perder”, señaló Unzué. Declaraciones a la que este periodista, que en su día pudo tratar al otro lado del teléfono con el bueno de Juan Carlos Unzué, no les quita ni una coma, pero a los de siempre poco parece importarles.
También te puede interesar
Lo último