Francisco Bautista Toledo

José Leal: imaginación y materia

Crítica de arte

31 de marzo 2024 - 00:15

Es José Leal (Almería, 1941) un artista de ingeniosa inteligencia plástica, lo cual le permite elaborar composiciones poseedoras de equilibrio visual, solidez en su percepción, peso generado en el entorno de su influencia.

Este escultor plasma en sus dibujos la forma fugaz aprehendida, instante pasajero que se marca en la memoria, como rastro borroso de las formas recordadas, envueltas en su acción cinética. Esta cualidad es depositada en sus bocetos, gracias al dominio del trazo, y a su comprensión del cuerpo en movimiento, que atrapa en ese momento pasajero, confundido por el rastro cromático sedimentado en la memoria. Transporta el artista esa impresión bidimensional al universo de las tres profundidades, quedando contenida en un bloque de bronce, o láminas metálicas organizadas, según la fantasía visual que pretende elaborar.

Sus figuras no son bloques en los que se quiere liberar las formas, sino que conforman la acción dinámica pensada en la escultura, nervio interno cuan soplo de vida añadido por la genialidad creativa del artista. Las formas compuestas por José Leal poseen energía interna presentida, a punto de emprender su acción, congelada en el punto anterior de su ejecución. El metal aligera su solidez para interpretarse como halo que cubre, oculta y acompaña, al protagonista sujeto en la pieza. La cual aparece suave, casi penetrable, secuenciación rápida de la imagen confundida en el torbellino de su trayectoria. Existen ajenos a su entorno, el cual invaden con su presencia, están solamente ellos y su entorno, sumidos en una actividad que se escapa a la imaginación del espectador, generando misterio, curiosidad, enigma del yo oculto en una atmósfera del movimiento envolvente, que cubre los detalles precisos de la figura.

En otras producciones plásticas, el escultor construye un espacio sugerente soportado en las formas de sus piezas, ambiente aéreo inducido en su observación, vibración perpetua del vacío, sometido al ritmo insonoro de su presencia. Es un pulso extraído del conjunto del latido que se supone en la pieza, por cuyos intersticios espaciales fluyen, se entremezclan y resuena, en una oscilación infinita. En algunas juega con la mirada engañosa, siendo los huecos, contenidos en sus composiciones, interpretados como formas reales, mas todo es fantasía.

En la madrileña galería Orfila, expone su obra José Leal, hasta el 13 de abril, resultado de una larga trayectoria de búsqueda, reflexión y hallazgos, en la cual el artista ha conseguido conjugar imaginación y materia.

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