Visto y Oído
Sonia
Paco, como buen prosista que fuiste voy a hacerte un pequeño homenaje con la palabra.
Al final Paco, tu cuerpo pasó de la tarde a la noche de los tiempos, pero a tu alma le llego la mañana. Voló junto al Padre Dios Nuestro Señor y a la eternidad, acompañado de nuestra madre la Virgen del Mar.
Te pedimos como dice la copla: "Si tú con Dios puedes hablar, ruégale por los que aún quedamos en la tierra, que nos proteja, ampare y consuele de la pena de estar sin ti".
Se dice, que al fallecer algún ser querido nos deja un vacío. Cierto es que nos dejas en parte con esa sensación, pero sólo en parte, por tu insustituible presencia física; pero por mucho tiempo que pase, siempre estarás con nosotros en el corazón y la mente.
Cuando leamos tu libro de Prosas Almerienses, que trata temas tan variados de tu querida Almería y que tan afectuosamente me dedicaste, estaremos viéndote reflejado en esos maravillosos artículos.
No te olvidaremos los que gozamos de tu amistad, y que vivimos contigo, uno de los mejores momentos de nuestra vida, como compañero del Instituto de Enseñanza Media de Almería y querido amigo siempre.
Esta es mi despedida hasta que nos encontremos de nuevo en la otra vida, donde tú ya gozas de la compañía de las almas de tus seres queridos.
Por último doy mi más sentido pésame a tu viuda Maruja, tu hija María Mercedes y demás familiares, uniéndome en sus oraciones por tu alma.
Un fuerte abrazo de tu hermano en Cristo, compañero y amigo.
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