Paco Gregorio

FF y la afición

Ida y Vuelta

El Almería actual se ha hecho acreedor a mayor aforo, pero no hay que olvidar de dónde venimos

09 de diciembre 2018 - 02:33

Se quejaba amargamente Fran Fernández de que ante el Extremadura, último partido del Almería en el Mediterráneo, el público fue escaso. Los tornos arrojaron ese día una cifra de 6.232 espectadores, bastante mejorable, dicho sea de paso. La cuestión es que sus declaraciones empiezan a oler a cuerno quemado entre un sector de la grada que no acaba de entender por qué el entrenador les retuerce tanto las tuercas si lo respaldan sin fisuras.

Cuestionado por el asunto antes de la visita copera a Villarreal, el bueno de FF se puso a la defensiva y articuló una respuesta bastante amplia para recordar que en ningún momento le ha dado un tirón de orejas a los aficionados, en caso de que aquel día sus manifestaciones se interpretasen de ese modo. La cuestión evidente es que, por merecimientos, el Almería actual se ha hecho acreedor a mayor aforo en el graderío, pero conviene recordar de dónde venimos.

Los tres años de salvación en el alambre provocaron una desafección evidente que va a ser muy difícil recuperar. Cuando un abonado decide no sacarse el carné normalmente obedece a una decisión bastante madurada y, por lo tanto, no volverá de la noche a la mañana. Ese daño ya está producido, y ahora toca subsanarlo poco a poco, sin dar pasos en falso. Por eso tal vez correspondería a otro estamento dentro del club (presidencia, dirección general o incluso dirección deportiva, en este caso por las buenas dotes comunicativas de Corona) ejercer ese papel de limar asperezas y llamamiento a la movilización colectiva. FF bastante tiene con estar reconstruyendo un equipo que a poco que se descuida holgazanea y cumplir con la meta de salvarse antes de la última jornada. Todo lo demás es competencia de un área que el club nunca ha tenido bien definida, la de las relaciones con su masa social, tan descuidada desde que Alfonso García manda en la entidad.

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