Los mismos 11 cabr**es

06 de julio 2024 - 03:11

John Benjamin Toshack dejó para el recuerdo una de las más ilustres citas de la historia de las comparecencias de prensa. En el 25 de abril de 1999, tras un insípido Salamanca-Real Madrid en el que su equipo no logró pasar del empate, el galés hizo una reflexión que, creo, ni él mismo presumía tan certera. Un extraño proceso lógico que, de forma ineludible, ya está arrasando entre la opinión pública almeriensista a las puertas de un ilusionante (más por imposición que por convicción) curso. Los lunes pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabr**es de siempre, dijo un afligido Toshack tras las tablas en el Helmántico. La afición de la UDA, en marzo, deseaba a cualquier precio poner fin a la temporada para perder de vista a ciertos bultos sospechosos. De hecho, lejos de la posibilidad inconcebible de disfrutar con lo meramente futbolístico, esa era la ilusión de muchos: fulminar de un plumazo a la inmensa mayoría. En junio, con la llegada de Rubi, muchos ya empezaban a ver la vida de otra manera. Ojo con Pozo, que fue importante en el ascenso; con Puigmal, el jugador número 12 de Rubi; con Édgar, que siempre fue del gusto del míster. ¿Y Arribas? ¡Ay, lo que puede hacer Rubi con Arribas! Y queda todo el verano. Huelga decir que esta reflexión no supone una crítica: todos, de algún modo, acabaremos mordiendo el anzuelo. Pero no deja de ser graciosa la moderación general, máxime cuando el grueso de la problemática a la que se ha enfrentado la UDA en 2024 ha estribado más en el propio nivel de la plantilla que en otros aspectos no nimios, pero sí secundarios. Y tampoco conviene olvidar que, aunque muchos crean que todo el monte es orégano, la Segunda es lo más parecido a un viacrucis futbolístico que te exige rozar la excelencia. En todos los aspectos.

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