Alma artificial

Luces y razones

Alma artificial.
Alma artificial. / Antonio Lao

Aceptado parece que la inteligencia artificial no es una contradicción. Luego a la entidad sustantiva, la inteligencia, puede corresponderle la adjetiva condición de artificial. Poco se arriesga al afirmar que la in-teligencia es un atributo del ser humano, dotado de la capacidad de entender o comprender -si bien algunos homínidos la tengan aminorada por cabezonerías asimismo propias-. Y no se aparta de lo razonable decir que el carácter artificial corresponde a lo que resulta hecho o producido por el ser humano, que no de forma natural. Así las cosas, la inteligencia artificial es una creación humana. Por otra parte, emparentada con la robótica, esa antropomorfización -término trabalenguas- tecnológica e informática. Dicho esto de la inteli-gencia artificial y sus derivados, cabe pensar si se llegará a elaborar algo asimilable al alma artificial. Pues esta no solo es, desde el ámbito religioso, una sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos, y por eso imposible de producir artificialmente, sino el principio -aunque sea una entidad algo abstracta- que configura y organiza el dinamismo de la vida humana, tanto vegetativo como sensitivo e intelectual. Puede imaginarse, entonces, algún artefacto robótico equipado de un alma artificial, y por eso sensible, capaz de responder al saludo -por dejarlo ahí- con algo más que un algoritmo.

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