‘La zona vacía’ con Francisco Conde se estrena hoy en el Festival
FICAL
La película que dirige Kurro González está protagonizada por Francisco Conde, Alba Loureiro, Silvia Castellón, Alejandra Lorente y Abraham Montufo
La película La zona vacía, dirigida por Kurro González y protagonizada por Francisco Conde, Alba Loureiro, Silvia Castellón, Alejandra Lorente, Abraham Montufo y Marcos Cascón, se estrenará en cines hoy viernes, 15 de noviembre, coincidiendo con su presentación en el Festival Internacional de Cine de Almería (FICAL). La zona vacía es una producción de 32 historias producciones SL y Carlos Alfonso Ibáñez Giralda, con distribución de Begin Again Films.
Luis es un astrofísico que estudia la llamada “zona vacía”, una región oculta en la galaxia. Intenta encontrar algo que dé consistencia a sus esperanzas de encontrar un orden en el caos. Para evitar el suyo lleva una vida ordenada y rutinaria, repleta de extraños rituales de limpieza con los que evita que sus deseos más inconfesables se hagan realidad. En su vida sólo parece haber espacio para su trabajo y para Ángela, la mujer a la que quiere y con la que comparte su vida. Todo cambia el día que unos nuevos vecinos deciden comprar el piso de al lado y se instalan con Iris, su hija pequeña. Es una niña risueña y pizpireta, amante del ballet y de sonrisa fácil. Pese a todos sus esfuerzos, a lo sistemático de sus rutinas, Luis no puede evitar enamorarse de ella. Sabedor del peligro que supone, lucha por mantener encerrados sus deseos, pero todo cuanto intenta para controlar esas emociones resulta inútil: cuanto más lucha por mantenerlas a raya, más se resquebraja la vida que tanto le ha costado construir. Lentamente, cada uno de los pilares sobre los que se mantenía a flote se irá hundiendo, empezando por Ángela, a quien no puede dejar de querer. Ni tan siquiera la psicóloga a la que recurre está dispuesta a ayudarle. Todos los mecanismos que fue creando desde que presenció la muerte de su amor de juventud se tornan inocuos ante la ingenua presencia de Iris, y cualquier asidero se desmenuza en sus manos.
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