La Zapatilla de Plata de Indanza es otorgada al ‘maestro de maestros’ Manolo Marín

Danza

María del Mar Vázquez, hará entrega de la distinción en el Salón de Plenos del Ayuntamiento

Manolo Marín
Manolo Marín

El bailarín Manolo Marín, maestro de 88 años, será el próximo galardonado con la prestigiosa Zapatilla de Plata que concede la Asociación Indanza, con la colaboración del Ayuntamiento de Almería, a través de su Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores. La entrega tendrá lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento en una fecha todavía por confirmar, en un acto que estará presidido por la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez.

Manolo Marín sucederá en el impresionante cuadro de honor de la Zapatilla de Plata de Indanza a Eduardo Guerrero, galardonado con anterioridad, y se suma así a una importante relación de profesionales que han recibido este galardón: Pilar López, Víctor Ullate, Cristina Hoyos, Antonio Gades, Eva Yerbabuena, Aída Gómez, Ángel Corella, Javier Latorre, Juanjo Linares, María de Ávila, Tamara Rojo, Matilde Coral, Antonio Márquez, Rubén Olmo, Antonio Najarro, Antonio Canales, Blanca del Rey y el Ballet Flamenco Andaluz.

‘Maestro de maestros’, así es conocido Manolo Marín en el mundo de la danza. Nacido en Sevilla en 1936, Manuel Domínguez Marín nació en Sevilla y es uno de los bailares más importantes de todos los tiempos, pero sobre todo, es uno de los profesores de baile más influyentes de la historia.

Por su academia han pasado casi todos los bailaores de nivel en la actualidad al tiempo que se dedicaba a montar espectáculos para Cristina Hoyos. Baila el tango de Triana como nadie y ha creado coreografías para la Compañía Andaluza de Danza, el Ballet Nacional y otros muchos.

El concejal de Cultura, Diego Cruz, apunta que “Manolo Marín es uno de los nombres indiscutibles de la danza y el baile flamenco en España, lo que equivale a decir en todo el mundo, por el alcance tanto de su obra como la de todos los profesionales que han disfrutado de sus coreografías y de su enseñanza académica”.

Manolo Marín es puro arte en un escenario. Hace cinco años con motivo de un acto en Sevilla dejó bien claro que no se iba a ir. “He amado y amo el baile por encima de todas las cosas, incluso de la familia, y pienso seguir dando zapatazos hasta que me muera”. Y es que arte le sobra a este fenómeno del baile con una vida muy intensa, habiendo trabajado con las grandes figuras del flamenco y con una experiencia única.

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