Una vida dedicada al baile, la gran pasión de Quinita

Desde niña siempre tuvo claro que su vida estaría ligada al arte, en este caso al baile

Quina Jiménez anoche en el Apolo tras quedar sorprendido por el homenaje sorpresa que le brindaron.
Quina Jiménez anoche en el Apolo tras quedar sorprendido por el homenaje sorpresa que le brindaron.
D.m. / Almería

23 de diciembre 2009 - 05:00

Una parte importantísima en la vida de Quinita Jiménez fueron sus orígenes, que desde niña la arrastraron al arte a través del baile. Con apenas diez años se inicio en los grupos de Coros y Danzas de Almería. Corren los años sesenta y Quinita bailaba en el espectáculo en el Teatro Apolo de Almería con Manolo Escobar, que entonces era todavía poco conocido.

Todavía se recuerda en el Apolo a Manolo Escobar cantando, a la guitarra su hermano Baldomero y al baile Quinita y Maribel, acompañadas con una borriquilla que participaba en el espectáculo. Cuando terminaban paseaban los cuatro por el Paseo de Almería.

Con este grupo de Coros y Danzas de Almería, Quinita creció como artista, creció como bailarina, descubrió su talento y gracias a sus primeros profesores, que fueron Angelita y Pepe Payes, ella fue haciéndose grande en el mundo del baile.

Con este grupo Quinita viajó por todo el mundo, desde los pueblos de la provincia, las ciudades de toda España, hasta Colombia, Marruecos, Alemania, Francia e Inglaterra. Como hitos destacados el grupo de coros y danzas de Almería quedó campeón de España en los festivales de coros y danzas que se celebraron en el Estadio Santiago Bernabeu ante el generalísimo Franco. En aquel campeonato amenizó el espectáculo la famosa Marisol.

En el programa de la cantante de la época, Antoñita Moreno, en Televisión Española, tuvieron el honor de ser invitado, todo el grupo, en el primer programa que se emitió para bailar la coreografía Si vas pa la mar con escenarios del ilustre pintor almeriense Miguel Martínez.

En aquella puesta en escena, representaban a los pescadores almerienses cosiendo las redes y sacando las barcas de la mar, para terminar bailando este himno a la patrona de Almería.

Con el establecimiento de la danza como carrera universitaria, Quina se matriculó en los conservatorios de Málaga y Murcia donde cursó las carreras de danza clásica y española. Pocos profesionales de la danza, hoy en día, cuentan con ambas carreras, pero Quina ha sido siempre un ejemplo de sacrificio, perseverancia y ha tenido muy claros sus objetivos.

Quina supo aferrarse a ese amor platónico que desde niña la embrujó, para conseguir su sueño dorado y dedicarse por completo a mostrar, exhibir y enseñar el arte de la danza. Fue premiada en el año 1.989 con el premio Bayyana por su dedicación a la danza.

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