Roque Pérez y Carmen Borja vuelven a darse ‘el sí quiero’, 75 años después
Boda
Ambos naturales de Serón, se casaron en 1950 y ocho años después se vinieron a vivir al barrio de Pescadería, donde montaron una tienda de comestibles, siendo admirados y muy queridos por todo el vecindario
Roque Pérez Rubio y Carmen Borja Domene se volvieron a dar el ‘sí quiero’ ayer en la parroquia de San Roque en el barrio de Pescadería. El 6 de enero hará 75 años del día que contrajeron matrimonio que con amor y mucho cariño se ha mantenido. Roque tiene 93 años y Carmen 92.
El párroco de San Roque, Julio Ruiz de Zárate fue el encargado de la celebración donde se reunieron familiares y los amigos más cercanos, llegando un amplio grupo de personas de Serón, tierra natal de Roque y Carmen. El alcalde de Serón, Manuel Martínez Domene también estuvo presente en esta ceremonia histórica y excepcional.
En la misa, el párroco tuvo palabras de cariño hacia la pareja que estuvo acompañada en la ceremonia de Luis Carranza, nieto de la pareja y Filomena Pérez Borja, hija de la pareja, a modo de padrinos.
“Roque y Carmen venís a celebrar 75 años de casados. Esta misa será de acción de gracias de tantos años de qu ereros y de tanta gente que os quiere”, dijo Julio Ruiz al tiempo que señaló “es la primera vez en mi vida de cura que tengo la suerte de bendecir 75 años de matrimonio. Sois ejemplo de serenidad, de hacer las cosas bien, de querer y haceros querer”.
Los novios y los padrinos subieron al altar y renovaron sus promesas. Curioso que cuando el párroco preguntó a Roque si quería renovar su promesa de querer siempre a Carmen contestó que “si, si quiero’. Carmen a la misma pregunta fue tajante al asegurar “siempre lo querré mientras el señor me dé vida”. El público aplaudió estas palabras llenas de amor.
El alcalde de Serón, Manuel Martínez dirigió unas palabras a Roque y Carmen y a todas las personas que se dieron cita en el templo. “Son 75 años de vida compartida. Sobran las palabras después de 75 años yo me quedo asombrado. Nunca había asistido a un evento de estas características, de volver a renovar esos votos después de tantos años de vida compartida”.
Luego llegó el turno de las palabras de Carmen Borja, hija de Roque y Carmen, una estrella de la radio y la televisión en España. Carmen dijo unas palabras llenas de grandes sentimientos y de amor hacia sus padres. “Estos chavales que tenemos hoy aquí, cumplen 75 años casados. Se casaron en 1950, en Serón , y llegaron a Pescadería en 1958, pusieron su tienda de comestibles y a funcionar, con todos los ardiles del mundo. El destino los trajo al bendito puerto de Almería, con San Roque y la Virgen del Carmen”.
Borja en su menaje cargado de cariño aseguró que “la cabeza de mi madre sigue siendo un ordenador, de números de teléfonos, de cuentas, mi padre conduciendo, cazando, sus cartas. Bodas de brillantes, así se llaman, pero habrá habido muchosk días sin brillo , con problemas, con incertidumbre, desasosiego, obstáculos, quebraderos de cabeza, disgustos, en fin, que vamos a decir de la dificultad que entraña la convivencia”.
“No cogieron nunca vacaciones, para que mi hermana y yo pudiéramos estudiar, mi casa eran jornadas permanentes de puertas abiertas y nadie se iba sin un chiste de mi padre, y una rica comida de mi madre. Hemos hecho fiestas, celebraciones interminables de la Virgen del Carmen, cohetes incluidos” dijo.
La música y las sorpresas de una excelente boda
Hay acontecimientos únicos en la vida. Pocas veces se asiste a una boda de una pareja, Roque y Carmen, que hace 75 años ya contrajeron matrimonio. Entre las sorpresas de los padres de Carmen Borja, excelente locutora y mejor persona, estuvo la música. El tenor Enrique Parra de Vera dejó a todos con la boca abierta. Fue impresionante, puso los pelos de punta cuando cantó el tema ‘Hasta mi final’. Otra gran sorpresa es lo bien que se encuentran los contrayentes. Nadie diría que ya tienen 93 y 92 años, Y por supuesto, el ambiente fue excepcional. Desde el primer minuto hasta el final con pétalos de flores sobre los novios, en vez de arroz, fue algo majestuoso, algo inolvidable para todos los que asistieron a esta ceremonia. Al final, los invitados se trasladaron al Bar Los Sobrinos y disfrutaron de un desayuno. Pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de asistir a una boda de estas características. Felicitar a Carmen Borja, que preparó todo a modo de sorpresa. Sus padres fueron ‘engañados’ al templo. Pero, valió la pena.
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