Rocío Segura regresa al Colegio Amor de Dios de Pescadería para hablar de flamenco

Música

La cantaora contestó a preguntas de los alumnos del colegio acompañada por la directora del centro educativo, Cristina Jurado

Rocío Segura rodeada del equipo directivo del colegio y de un grupo de alumnos.
Rocío Segura rodeada del equipo directivo del colegio y de un grupo de alumnos. / Reportaje fotográfico: Javier Alonso

La cantaora Rocío Segura regresó el pasado viernes al Colegio Amor de Dios de Pescadería, donde estudió cuando era jovencita. La directora del centro educativo, Cristina Jurado la invitó con motivo de la celebración del Día del Flamenco para mantener un encuentro con alumnos. El acto fue entrañable, puesto que Rocío Segura se sometió a las preguntas de los estudiantes.

Segura hizo la EGB en el Colegio Amor de Dios y de hecho contó algunas anécdotas, una referida a cuando las monjas le pedían cantar. “No he sido una buena estudiante, porque lo mío siempre fue el arte”, dijo al tiempo que les indicaba a los jóvenes estudiantes que “lo primero son los estudios”.

En esta actividad hay que destacar la labor del profesor Joaquín Revueltas, amigo de la cantaora y gran impulsor cultural. Rocío Segura se sometió a preguntas de alumnos de Primero de la ESO hasta de los Ciclos Formativos de Grado Básico.

La cantaora respondiendo a las preguntas destacó que “una de mis artistas favoritas siempre ha sido la Niña de los Peines”. No obstante, la artista ha vivido el flamenco desde que nació en su casa, puesto que su madre es la gran cantaora Antonia López y su padre, Antonio Segura, uno de los más grandes aficionados que ha tenido Almería, ya fallecido.

Segura recordó sus inicios, ante la atenta mirada de una sala a rebosar de alumnos, “Yo comencé a cantar saetas cuando tenía siete años. Un día vinieron a mi casa para recoger a mi madre, para que cantara saetas y mi madre estaba enferma. Y ante esa situación, me decidí por cantar yo”.

Rocío Segura con Cristina Jurado y un grupo de estudiantes.
Rocío Segura con Cristina Jurado y un grupo de estudiantes.

Rocío Segura se sentía muy feliz de volver al colegio Amor de Dios, ubicado en el barrio de Pescadería, en la calle Cordoneros número 22. Centro que es el corazón de un barrio. La educación formación y cercanía son los pilares básicos de este colegio.

Por eso, la artista almeriense dio a conocer que “soy una cantaora atípica. Siempre me gusta refugiarme en el silencio, y estudio mucho, y escucho mucho a los cantaores antiguos”. Para la cantaora sería un sueño poder retroceder en el tiempo y poder cantar con La Niña de los Peines. No obstante, es una artista que tiene muchísimo respeto por todos los artistas flamencos que se suben a un escenario.

Tras las preguntas, Rocío Segura hizo un cante a capela que puso los pelos de punta a todos los asistentes. Al acabar el acto hizo un recorrido por el centro educativo, acompañada por su inseparable amiga desde niña llamada Vanesa Ruiz. Fue emocionante la visita a un aula de primaria donde estudio la propia Rocío Segura hace ya algunos años.

Joaquín Revueltas, Vanesa Ruiz, Cristina Jurado y Rocío Segura.
Joaquín Revueltas, Vanesa Ruiz, Cristina Jurado y Rocío Segura.

Joaquín Revueltas, profesor del centro, y amigo de la familia de Rocío Segura, explica con un bello texto el significado que tiene para él la artista y lo significativo de su visita. “Desde niño tu ventana era un palco maravilloso donde todo tu barrio tenía la suerte de escucharte y disfrutar de una voz cargada de arte , de vida, en definitiva, una voz que siempre aliviará tempestades convirtiéndose en medicinal y necesaria para todos los que adoramos tu arte. Gracias, Rocío por tu generosidad con tu cole, gracias por tu cariño y cercanía . Tu voz es el fondo de tu interior”.

Rocío se mostró feliz y encantada de regresar a su colegio, a aquel colegio donde le gustaba cantar y donde empezaba a vislumbrar sus grandes sueños. Rocío encandiló en su colegio.

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