La nueva curia almeriense
LA DIÓCESIS SE RENUEVA TRAS 19 AÑOS
El 8 de enero, la Santa Sede hizo pública la designación de Antonio Gómez Cantero como obispo coadjutor de Almería, tomando posesión el 13 de marzo y asumiendo ‘plenos poderes’ el pasado 25 de mayo
Tras un 2020 convulso por la crisis sanitaria que provocó la peor pandemia del siglo XXI, la cual nos sigue azotando en la actualidad, comenzó un nuevo año allá por enero. Cuando apenas discurría una semana del nuevo 2021, el obispo Adolfo González Montes convocó a los medios de comunicación de la ciudad para anunciar un secreto a voces que venía dándose en los últimos meses, la designación de un obispo coadjutor para Almería.
En concreto fue el 8 de enero cuando la Santa Sede hizo pública la designación de Antonio Gómez Cantero, hasta entonces obispo de Teruel y Albarracín, como nueva mano derecha de González Montes. Desde aquel mismo momento, su Santidad le confió plenos poderes económicos al obispo de Quijas. Y el 13 de marzo tomó posesión como obispo coadjutor de Almería en un acto que pasó sin penas ni gloria.
Unos meses después, entre distintos rumores que saltaron a la palestra de que la Diócesis de Almería contraía una deuda de más de 20 millones de euros, el Papa Francisco decidió conferirle a Gómez Cantero “exclusivamente todos los oficios y facultares que competen al obispo diocesano”. Fue el pasado 25 de mayo, momento en el que Adolfo González Montes fue apartado de la práctica de sus poderes aunque no será hasta el próximo mes de noviembre cuando presente su renuncia por motivos de edad. Desde aquel momento en que la Santa Sede citó a ambos obispos, dos claros bandos se han posicionado hacia uno u otro obispo.
Recientemente, González Montes indicó que la cifra de 20 millones que supuestamente debe la Diócesis de Almería es “errónea”. “Sumando los préstamos del Obispado en números redondos en torno a los 7,1 millones, y los préstamos en torno a 6,6 millones de tres parroquias que han edificado iglesia y complejo parroquial, y que están también en el Santander, no dan como resultado la cifra que anda circulando con manifiesta mala intención”, reconoció el obispo diocesano.
La situación se crispó aun más, si cabe, al anunciar Gómez Cantero el traslado del Seminario de Almería a la Diócesis de Cartagena. “He tomado personalmente esta difícil decisión, sobre todo teniendo en cuenta el Directorio, para la vida de los seminarios mayores, de la Santa Sede y la premura económica de nuestra diócesis. Estoy seguro que esta experiencia transitoria será beneficiosa para nuestros seminaristas”, indicó el cántabro. “Tengo claro, después de 18 años como formador y rector del Seminario Conciliar palentino, que nuestro seminario no es un edificio, sino unas personas en crecimiento y discernimiento para ser buenos pastores al servicio de nuestras comunidades y, si el Señor los llama, a la misión “ad gentes”. ¡Tantas personas han salido de sus tierras para anunciar el Evangelio!”, matizó.
Una situación esta que González Montes no vio con buenos ojos. “El Obispado dispone de edificios no esenciales para financiar las rehabilitaciones y construcciones de nueva planta. Disponemos de solares convencionales, algunos de las capillas sustituidas por nuevas iglesias parroquiales; otros son inmuebles urbanos bien situados, aparcamientos construidos expresamente con este fin. Después de las tasaciones realizadas por los peritos, hemos revalorizado el patrimonio diocesano entre un 50 y un 60 %. No es necesario poner en riesgo el Seminario ni ningún otro edificio esencial de la diócesis”, indicó.
Ya con los citados plenos poderes, Gómez Cantero tuvo la difícil tarea de organizar, en un corto margen de tiempo, una festividad del Corpus Christi que vino marcada por la pandemia un año más. La Plaza de la Catedral, tras su petición, lució radiante con distintos altares montados por las distintas hermandades de la capital. Apenas unos días antes, el coadjutor nombró a su núcleo fuerte: Ignacio López Román (vicario general); Francisco Sáez (vicario pastoral), José Juan Alarcón (secretario-canciller); Antonio Jesús Manzano (delegado para la enseñanza); Miguel José Esteban Jerez (delegado para la catequesis) y José Miguel Esteban Font (delegado para la vida religiosa). Precisamente un día antes de la Festividad del Cuerpo de Cristo, tanto los dos vicarios como el secretario-canciller tomaron posesión de sus cargos. A estos se sumaron después José Aliaga Martínez (delegado para Pastoral Juvenil), Francisco José Parrilla (delegado para Pastoral Vocacional), Francisco Fernández Lao (delegado para Patrimonio) y Juan José Marín Campos (delegado para hermandades y cofradías).
Alejado de disputas, al menos en público, Gómez Cantero ha dedicado estos meses a diseñar la nueva curia almeriense. El pasado 24 de junio, Festividad de San Juan, eligió al resto de citados delegados episcopales además de elegir el Consejo Diocesano de Asuntos Económicos y al Responsable de Personal y Recursos Humanos. Unos días después nombró a Eduardo Planes como nuevo director del Colegio Diocesano y a Francisco José Parrilla como Capellán del mismo siendo electo Ramón Carlos Rodríguez como Rector de dicho Seminario.
El pasado 5 de julio, durante la conmemoración del aniversario de ordenación de González Montes, indicó: “Doy gracias a Dios por estos 24 años de obispo ilusionados y fructíferos”. La guerra continuará abierta hasta que González Montes de un paso al lado y tome su más que merecida jubilación dentro de tres meses. Casi 20 años de servicio para Almería, los cuales deben de ser -y no lo contrario- de agradecimiento por parte de todos.
24 años de servicio a la Diócesis de Ávila y de Almería
Fue el 26 de mayo de 1997 cuando Juan Pablo II nombró a Adolfo González Montes como obispo de Ávila, recibiendo la ordenación episcopal y tomando posesión el 5 de julio de ese año en la Catedral del Salvador. Como obispo diocesano, fue también Gran Canciller de la Universidad Católica de Ávila. Su lema episcopal es ‘In amicitia Christi’ (En amistad con Jesucristo).
Por su parte, fue el 15 de abril de 2002 cuando Benedicto XVI nombró a González Montes obispo de Almería, tomando posesión de dicha diócesis el 7 de julio. Allí llevaba 18 años, cuando, en mayo de 2020, González Montes solicitó a Roma un obispo auxiliar para ayudarle con el gobierno de la Diócesis. La Santa Sede le respondió en enero de 2021, cuando le faltaba menos de un año para cumplir los 75 años y presentar su renuncia como obispo (un trámite obligatorio establecido por el Código de Derecho Canónico); y le envió a Antonio Gómez Cantero, pero no como auxiliar, sino como obispo coadjutor con derecho sucesorio.
El 8 de enero de 2021, el Vaticano hizo público el nombramiento de Gómez Cantero, quien tomó posesión el 13 de marzo de ese año. Y un posterior decreto papal el 12 de mayo le atribuyó todos los derechos, oficios y facultades correspondientes al obispo diocesano, apartando así a González Montes. La realidad es que Montes había sido investigado por el Vaticano desde 2019 por el preocupante estado de las cuentas de la diócesis y presunta mala gestión.
19 años de serviicio en Almería y otros tantos en Ávila que concluirán este próximo mes de noviembre cuando presente su renuncia por edad.
“Durante mi pontificado, afirmó en la homilía de su aniversario de ordenación, he puesto un empeño especial en la santidad que tiene que tener todo ministerio ordenado y una formación acorde con la mente de la Iglesia. Necesitamos como afirma el papa Francisco una “conversión pastoral”. Vivimos en una situación de las vocaciones sacerdotales y la vida consagrada y sólo podremos salir con el compromiso de las comunidades cristianas. Las vocaciones sacerdotales tienen su lugar propio en la diócesis. Aprender de los errores del pasado ha sido siempre un buen consejo para todos”.
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