Muerto de Risa

La película más reciente del director peruano Gonzalo Ladines, proyectada en España en la renombrada Casa de América a mediados de este año, nos sumerge en una historia íntima sobre el duelo y la comedia, y cómo el dolor y la risa a menudo se entrelazan, separadas por una línea extremadamente delgada. Con “Muerto de Risa”, Ladines no solo nos muestra las dificultades de afrontar la pérdida, sino también cómo el humor puede ser una herramienta para enfrentar lo más trágico de la vida, incluso cuando parece imposible y todo parece derrumbarse.

La película sigue la vida de Javi Fuentes, un comediante ficticio y presentador del programa de humor más exitoso de su país. Mientras atraviesa los últimos días de la vida de su padre, gravemente enfermo, Javi se enfrenta a un inevitable deterioro emocional. El fallecimiento de su padre marca un punto de inflexión, pues Javi pierde la capacidad de encontrar humor, algo que hasta entonces había sido su refugio y su forma de procesar el mundo. La comedia, que antes le permitía filtrar su realidad, ahora lo abandona, dejándolo solo frente a su dolor.

César Ritter, con una interpretación brillante, nos guía a través de la frustración de Javi, quien ya no puede hacer aquello que siempre le ha definido: reír y hacer reír. Esa desconexión con el humor refleja su propia incapacidad para procesar la tragedia que atraviesa. En este difícil proceso, aparece Alfonsina, una joven comediante de stand-up con un pasado oscuro. Es ella quien, con un humor poco convencional y una visión única, logra arrancarle una risa al derrotado Javi, un destello de esperanza en medio de la oscuridad.

Javi, desesperado, recurre a Alfonsina en busca de ayuda. Ella, con pocas expectativas y un gran sentido de la ironía, acepta guiarlo en un viaje de autodescubrimiento. Lo que sigue es un recorrido profundo por el duelo y la reconstrucción personal, evitando los clichés habituales del género y concentrándose en un estudio detallado del protagonista, con un enfoque sensible y a la vez crudo.

El largometraje destaca por su retrato honesto de un hombre luchando por recuperar algo de lo que era. Ladines consigue que el espectador viva las paranoias y el sufrimiento de Javi.

“Muerto de Risa” demuestra la maestría de Ladines como uno de los directores más interesantes del momento, ofreciendo una exploración íntima de un hombre roto que lucha por recomponerse, en medio de la tragedia y la ironía de la vida.

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