‘Memoria de mis días’, obra póstuma de Jerónimo Martínez, se presenta en Contador

Letras

El acto literario en esta barriada de Chirivel será a las 20 horas en la Casona de Don Bruno

Jerónimo Martínez durante la pandemia.
Diego Martínez

23 de agosto 2024 - 05:23

Hoy viernes, 23 de agosto, a las 20 horas se presenta en la Casona de Don Bruno en Contador (Chirivel), un libro muy especial titulado Memoria de mis días, obra póstuma de Jerónimo Martínez González (Contador, ChiriveL, 1944- Granada, 2023), inspirador principal del sistema bibliotecario de Andalucía, agregado cultural del Embajada de España en Buenos Aires y director de numerosas bibliotecas públicas en Madrid y Granada.

La obra se acompaña de cuatro prólogos escritos por José Luis Masegosa (periodista y familiar), Rafael Román Guerrero (exconsejero de Cultura de la Junta de Andalucía), Gregorio García Reche (bibliotecario y paisano) y Ramón Martínez Tapia (compañero de Seminario).

Jerónimo Martínez González ingresó muy niño en el Seminario de Almería (1953) del que guardó un profundo agradecimiento y una honda huella, pues, “aparte de conseguir un grupo de amigos que me han durado toda la vida, encontré el ambiente sereno y concentrado para acceder a paisajes intelectuales nuevos en los que todavía sigo habitando”.

Finalizados los estudios en el Seminario menor, en 1959, marchó a la Universidad Pontificia de Comillas (Santander), donde se produjo un gran salto geográfico, humano e intelectual. Acabó los estudios de Filosofía y, después de una intensa reflexión, abandonó la carrera eclesiástica. Impartió enseñanza en un Colegio de Lugo (1964-65), en el Nicolás Salmerón de Almería y en la Facultad de Filosofía y Letras de Granada.

Sacó las oposiciones al Cuerpo Superior de Archivos y Bibliotecarios, donde transcurrió casi toda su vida laboral e intelectual a partir de 1970. En Granada ha dirigido las bibliotecas de la Facultad de Ciencia, Central Universitaria y Pública Provincial. “Inmerso de lleno en el ambiente universitario en aquellos años decisivos, asistí y participé en los movimientos del final de la dictadura y la restauración de la democracia”.

Estuvo afiliado al PSOE entre 1976 y 1984. En 1980, junto con otros colegas y amigos, fundó la Asociación Andaluza de Bibliotecarios y gestiono la creación de la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación, donde luego fue director. Participó en las tareas de las transferencias del Estado Central y fue nombrado viceconsejero de Cultura entre 1982-1984, logrando sacar adelante las leyes de Bibliotecas, Archivos, Museos y la del Consejo de la Juventud.

Viajó por toda Europa para aprender las experiencias de otras bibliotecas nacionales, asistió a congresos internacionales y formó parte de la organización de encuentros al más alto nivel. Con un amplio bagaje intelectual y experimental, fue el responsable de la Subdirección General de Bibliotecas del gobierno central (1985-87).

Poco después, director interino de la Biblioteca Nacional. En 1987, con motivo de un viaje a Buenos Aires, la embajada española le propuso el cargo de Agregado Cultural, que aceptó en recuerdo de la emigración de su abuelo Jerónimo y lugar donde había nacido su padre. A la vuelta de Argentina en 1995, se hizo cargo de la Biblioteca de Andalucía, “procurado poner al día las herramientas informáticas hasta conseguir un funcionamiento en red con el resto de las bibliotecas públicas y, por otra parte, tratado de incluirla en los movimientos de intercambio y cooperación con las otras bibliotecas del mundo”.

Se jubiló en 2004. Poco antes de fallecer, llegó a publicar dos libros autobiográficos donde recoge la memoria de sus antepasados del Contador y su trayectoria personal: Cuaderno de bitácora (Granada, 2022) y Yo, por ejemplo. Todos mis nombres (Granada, 2022). Hoy será un día entrañable para recordar la figura de Jerónimo Martínez, un hombre que amaba su tierra y que tanto hizo por ella a lo largo de su vida.

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