Marvel y su público se reencuentran

Secuencia del filme. / D. S.

La ficha

*** 'Deadpool y Lobezno'. Acción. EE UU. 2024. 127 min. Dirección: Shawn Levy. Guion: Shawn Levy, Rhett Reese, Ryan Reynolds, Zeb Wells, Paul Wernick. Música: Rob Simonsen. Fotografía: George Richmond. Intérpretes: Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corrin, Matthew Macfadyen, Rob Delaney, Morena Baccarin, Jon Favreau.

Los superhéroes y las productoras que los explotan, al parecer convencidas de que gracias a sus poderes no hay kryptonita de hartazgo del público que pueda acabar con ellos, no lavan sus trapos sucios en casa. Obligados a ir cada vez más lejos, a mezclar cada vez más personajes, a dar bandazos de un tono trágico wagneriano a otro cómico o del gran estilo a lo más grosero, ahora convierten en espectáculo el tira y afloja entre las productoras (Disney, Marvel, la Fox duramente tratada volviendo contra ella el final de El planeta de los simios) y la parodia de otros personajes del fondo de armario marveliano a la vez que unen al grosero y gamberro Deadpool de Ryan Reynolds con el trágico y atormentado Lobezno de Hugh Jackman, llevándose la primacía el primero porque el enfoque de la película tiene las cualidades -si se las quiere considerar así- groseras y gamberras del personaje en su tercera película tras su conversión de villano en antihéroe obrada por Reynolds. Y porque este, además de interpretarlo, interviene aquí, al igual que ya hizo en Deadpool 2, como actor, coproductor y coguionista junto a Rhett Reese, Zeb Wells, Paul Wermick y Shawn Levy, director de la película.

Levy es un versátil, prolífico y polifacético actor, productor, guionista, realizador televisivo y director que en cine ha tocado la comedia romántica (Recién casados), familiar (12 en casa) y fantástica (Noche en el museo o Free Guy, su encuentro con Ryan Reynolds) además de dedicarse al remake (la desastrosa revisión de La pantera rosa con Steve Martin), la fantasía ultraviolenta (Acero puro, su encuentro con Hugh Jackman, basada libremente en un relato breve del gran Richard Matheson) o la comedia negra (Ahí os quedáis). Aquí se mete por primera vez en las arenas de los superhéroes conservando su inclinación por la comedia en su variante más grosera

En cine todo está calculado para producir un efecto. Intelectual, ideológico, emocional, cómico, terrorífico, erótico, espectacular, lo mismo da. Pero el cálculo no debe notarse. Es lo que se llama verosimilitud fílmica, hacer creíble -aunque se trate de algo fantástico- lo que se ve. En esta película se juega la carta contraria de la parodia que exige un espectador consciente del juego. No solo por las continuas bromas de Deadpool tomándose la ficción a choteo y rompiendo, como suele, la cuarta pared. Sobre todo, por estar minuciosamente diseñada para fans que captan todas las referencias, bromas, alusiones y guiños a los universos aludidos que, como ya se ha dicho, incluye a las productoras además de a los protagonistas y a otros personajes Marvel.

Hay una buena mala interpretada por Emma Corrin. Reynolds y Jackman juegan. Las luchas coreografiadas que buscan el más difícil -o más reducido- todavía funcionan. Los chistes escatológicos harán las delicias de los adolescentes reales o tardíos. La abundante violencia y la mucha sangre quedan absueltas por la broma y lo inverosímil, pero están ahí para los gore gozadores. Las canciones de NSYNC o Madonna atruenan a todo volumen y refuerzan alguna coreografía de lucha. ¿Es el fin cínico y auto paródico de un universo? No. Más bien lo contrario. El taquillazo en Estados Unidos y fuera de ellos garantiza que, para los suyos -lo que incluye a productores y fans que, como en los guiones de las comedias, se encuentran, se pierden y se reencuentran- el limón sigue teniendo jugo por mucho que lo expriman o incluso, como en este caso, se coman su corteza. Por lo tanto, los productores acertaron. Y el público manda

No hay comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último