María, ‘adicta’ a Luis Miguel, llega a Roquetas para ver su 105 concierto

Música

Esta fiel seguidora del cantante estará mañana en el concierto que ofrece en Roquetas de Mar

María Sierra se puede considerar como una auténtica fans de Luis Miguel. En Roquetas serán 105 conciertos a los que ha asistido del cantante.
María Sierra se puede considerar como una auténtica fans de Luis Miguel. En Roquetas serán 105 conciertos a los que ha asistido del cantante. / EFE
Fermín Cabanillas (EFE)

11 de julio 2024 - 21:49

Mientras hay gente que ahorra todo el año para irse de vacaciones, María Sierra solo vive por y para Luis Miguel. A sus 50 años es la europea que más conciertos ha visto del cantante mexicano, con el que volverá a reencontrarse mañana sábado 13 de julio en Roquetas de Mar, en su concierto 105.

La pasión de esta barcelonesa por el cantante se escapa de la lógica. Con solo 10 años fundó el club de fans ‘Adict@s a Luis Miguel’, en noviembre de 1984, con unas familiares mayores que ella, pero por alguna razón ya sentía una profunda admiración por aquel niño mexicano cuatro años mayor que ella.

Un año después de fundar el club le llegó la oportunidad de verle en directo por primera vez, en un concierto en Italia, al que se fue con un primo mayor que ella. La colaron en el concierto los responsables de la discográfica Emi, “porque en aquella época no podían entrar a ver esos conciertos los menores de 15 años”, y casi en la clandestinidad pudo verlo cantar en vivo.

“Un año decidí hacer memoria y contar todos los conciertos que había visto”, y desde entonces los ha ido enumerando, de modo que en Roquetas de Mar será el 105, terminará la gira en Valencia, que será su 110, y de los 15 conciertos que ofrecerá en suelo español ella asistirá a 10, tras comenzar en Córdoba “e improvisar para asistir al de Sevilla, donde no tenía pensado ir, pero final lo planificamos y nos plantamos en el estadio de La Cartuja”.

En su lista de conciertos no cuenta las promociones, los festivales o los recitales de pequeño formato a los que ha acudido, de muchos de los cuales guarda la entrada, “aunque de algunas lo que tengo es la foto, porque el papel se ha estropeado con el paso de los años”.

Guarda también muchos balones hinchables de los que el cantante suele tirar en los conciertos, “que no se pueden sacar del recinto”, pero ha aprendido con el tiempo “los trucos para poder sacarlos”.

María lleva su devoción “igual que otras personas llevan prepararse todo el año para ir a El Rocío o a un crucero”, ahorrando todo lo que puede y programando días de asuntos propios o vacaciones para hacerlos coincidir con los conciertos.

En su anecdotario guarda el mes que vivió en México para ver los 20 recitales seguidos que protagonizó en el auditorio de Ciudad de México, “que en realidad fueron 21, porque el último lo improvisó ante la cantidad de gente que quería verle”, pero ella ya tenía comprado el billete de avión para volver a casa y le fue imposible cambiarlo.

Una afición que no comparte toda la gente de su entorno. Su propio marido no es fan del cantante, pero a ella no parece importarle, y resume cómo le gusta en una frase: “Si Luis Miguel hiciese un concierto de cinco horas, a mí se me haría corto”.

Un cantante del que, dice, “se le nota mucho cuando está enamorado, porque hace unas giras espectaculares”, y en ese contexto recuerda ‘Amarte es un placer’, el recorrido por todo el mundo cuando era la pareja de Mariah Carey, donde hizo “unos conciertos inolvidables, estuvo pletórico”.

A pesar de todo, no le ha visto de cerca más que un par de veces, aunque lo conoció “en su mejor época, cuando recibía a los fans porque quería, no obligado a verle cinco minutos en el hotel”, y guarda especialmente en la memoria cómo en noviembre de 1984 fue a una emisora local de Barcelona y se hizo una foto con él que se resiste a enseñar. También le firmó la casete de ‘Decídete’.

María Sierra se despide mientras mira en internet la mejor ruta para ir de Barcelona a Roquetas de Mar, recuerda que los fans (en su club son más de 5.000 de todo el mundo) deberían tener más ayudas “y no darnos las entradas que sobran, como pasó en Pamplona, que las rechazamos”, y confía en superar los 200 conciertos siguiendo a alguien que, para ella, es mucho más que un cantante. 

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