Loquillo fusiona música y poesía en un gran concierto en Roquetas de Mar

Loquillo actuó este sábado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar donde llegaba con su gira 30 años de Transgresiones. En este concierto tan especial el artista barcelonés hizo un repaso a los temas que se incluyen en su disco Transgresiones. Antología Poética 1994-2024.

Realmente, se vio a otro Loquillo donde aparte de la música ofreció un recorrido por un gran paisaje poético, donde muchos autores de gran prestigio, conocidos y algunos amigos del artista han puesto la letra para unos temas que deslumbran. El público disfrutó a lo largo de cerca de dos horas de la música de este genial artista que además iba acompañado de una fascinante banda de músicos.

Loquillo es consciente de que su directo es impecable. En esta gira, aparece un artista, en cierta manera, diferente a los conciertos al uso que ha dado en otras giras con sus grandes temas de siempre. Pero Loquillo habla lo justo para ir dando entrada a cada tema, recordando a artistas como Aute o Jacques Brel, que llegan al corazón.

Pero este amor de Loquillo por la poesía y por grandes autores ya viene dado desde hace 30 años como explicó al público entre canción y canción. En 1994 Loquillo, junto a Gabriel Sopeña, se atrevió a llevar versos de poetas contemporáneos a los escenarios siguiendo la tradición de los antiguos trovadores. Es curioso, pero en esta gira, se aprecia a un Loquillo muy cercano, y donde la conexión se aprecia en todo momento.

Este concierto en Roquetas arrancaba con un fondo musical de Lou Reed, titulado Legendary Hearts. De inmediato, saltaba al escenario Loquillo arropado por sus músicos en una puesta en escena muy original con un juego de luces conseguido.

A partir de ese momento arrancó con La vida que yo veo, un tema de hace 30 años, pero que define la música de Loquillo a lo largo de este tiempo. Luego llegaría el tema Transgresiones que da título a la gira, y que es una adaptación de un texto de Mario Benedetti.

“Diría que el concepto de amistad tiene que ver con este poema de Julio Martínez Mesanza”, ese comentario de Loquillo dio paso a la canción De Amicitia. Otro temazo de la noche fue Cuando pienso en los viejos amigos, basado en un texto de Luis Alberto de Cuenca.

“Sin duda las mejores páginas de la literatura universal la escribió Charles Dickens”, dijo, dando entrada al tema Historia de dos ciudades. En una noche donde el público escuchaba en silencio, Loquillo continuó su actuación con el tema Los gatos lo sabrán, una canción sobre un tema de Cesare Pavese.

En ese viaje maravilloso donde la música y la poesía se iban dando la mano, Loquillo cantaba No volveré a ser joven, un texto de Jaime Gil de Biedma, de la que señaló que “hay canciones que se cantan a una edad determinada y hay canciones que se cantan a una edad indeterminada y entonces tienen sentido”.

Brillar y brillar de Gabriel Sopeña, que sonó seguidamente, fue el tema con el que arrancó el proyecto de Loquillo hace 30 años. La vida es de los que arriesgan continuó el concierto para dar paso a De tripas corazón recordando a Aute.

“Siempre hay un aviso, un gesto. Pienso ahora mismo en Europa, y pienso en Ucrania y pienso en Gaza. Banda sonora de la película de Susana Costa, Mujeres en pie de guerra”, dijo para dar paso al tema Antes de la lluvia. Luego llegaría La mala reputación de Georges Brassens y Con elegancia, basada en un texto inédito de uno de los grandes de la música europea como Jacques Brel. Loquillo y Sopeña adaptaron este tema fascinante.

El concierto en su final acogió el tema Cuando vivías en la Castellana para dar paso a El encuentro. El escenario se quedó vacío por poco tiempo, ya que Loquillo y sus músicos volvieron a salir para ofrecer los cinco últimos temas de la noche.