I saw the tv glow

Escenario crítico

Dirección. Jane Schoenbrun. País. Estados Unidos. Año. 2024. Guión. Jane Schoenbrun. Duración. 100 minutos

Sofía Álvarez Salas
Sofía Álvarez Salas

18 de julio 2024 - 05:06

La película estrenada en el Festival de Sundance de este año nos trae una mirada muy contemporánea a géneros que catapultaron a autores como David Lynch en su momento. Con grandes misterios adelante pero siempre introspectiva, el largometraje bebe de referencias del cine surrealista con vistazos de terror.

El largometraje fue producido por Emma Stone y su esposo, el escritor del show Saturday Night Live, Dave McCary, a través de su productora Fruit Tree, junto con la prestigiosa productora A24. Es claro identificar por qué se sintieron atraídos por el guión de Jane Schoenbrun, el largometraje camina justo en el borde de una historia coming of age, de la angustia de no encontrar tu lugar en el mundo y del cine surrealista del cual Lynch es el más alto representante.

Es difícil encontrar autores que logren mostrar la angustia de que el tiempo pasa sin que esto se vea tedioso en pantalla. Lograr que no se vea como algo reiterativo sino como una herida que no logra cerrarse a pesar de los años, es una hazaña. Y eso logran al mostrar toda la vida del protagonista, Owen, un niño-luego adulto- que conoce a Maddy- una adolescente rebelde- en el año 1996. Ella lo introduce a un show de jóvenes adultos llamado “The Pink Opaque”. Su afanación por el show hace que Owen se escape de casa para poder verla y conozca cada vez un poquito más a la reclusa Maddy. Entre ambos ven el show como algo más que entretenimiento y se obsesionan con el mismo.

Para Owen esta obsesión representa un salto de su niñez a su adultez. Más allá de ser un primer paso en la independencia, es un primer paso en la pérdida y en una carga de responsabilidades que aumentan rápidamente de intensidad cuando el paso del tiempo se siente como una vorágine y los recuerdos se mezclan con la meta ficción. El tiempo pasa tan rápido para Owen como para el espectador, y pronto es un hombre decrépito al que el peso de la vida, o, precisamente, la falta de ella, se vuelve insoportable.

Este es el segundo largometraje de su directora, que esperemos, se posicione como la nueva referente de un género tan interesante como es la fantasía surrealista en el terror.

El elenco de la película también merece una mención especial. Las actuaciones son convincentes y logran transmitir la complejidad emocional de los personajes. La química entre los protagonistas es palpable y añade una capa adicional de profundidad a la historia. La cinematografía es otro punto destacado, con un uso inteligente de la iluminación y el color para reflejar los estados emocionales de los personajes y el tono de la película.

La dirección artística y el diseño de producción también son sobresalientes, creando un mundo que se siente a la vez familiar y extraño. Cada detalle está cuidadosamente pensado para sumergir al espectador en la experiencia surrealista. Desde los decorados hasta el vestuario, todo contribuye a la construcción de un universo único y evocador.

En resumen, este largometraje es una exploración audaz y emocionalmente resonante de los temas de la madurez, la obsesión y el paso del tiempo. Con una narrativa intrigante y un estilo visual distintivo, es una adición valiosa al canon del cine surrealista. Sin duda, es una película que dejará una marca duradera en quienes la vean y consolidará a su directora como una voz importante en el cine contemporáneo.

Tiktok: @snasfilm

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