Helena Martínez, una cantante dentro de la organización del Festival de Vélez-Blanco

Helena Martínez (Almería, 1997) es la coordinadora artística del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez-Blanco desde 2018. En el conservatorio de Almería cursó estudios profesionales de piano y en el Conservatorio Profesional Ángel Barrios de Granada se formó en canto. En la universidad granadina estudió Historia y Ciencias de la Música. En la actualidad realiza su tesis doctoral en dicho departamento gracias a un contrato FPU del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.

Pregunta.–¿Cuál es tu labor como coordinadora artística del festival ?

–Al principio del año, junto a Cándida, miramos programaciones, recibimos propuestas de grupos y a veces nosotras contactamos con grupos si vemos que nos falta un concierto determinado… Estamos todo el año planeando cuál va a ser la temática de la siguiente edición y, una vez que lo tenemos todo claro, cuando están los grupos contratados me pongo en contacto con ellos para ver qué necesitan cuestiones de escenario, de instrumentos, de alquiler de elementos...

P.–Si la directora del festival confía en ti para programar es porque es conocedora de tu formación musical. ¿Qué has estudiado?

Respuesta.–Hice Musicología en la Universidad de Granada y luego un máster de Patrimonio Musical, aunque es cierto que ya tenía un aprendizaje del festival, por vivirlo desde pequeña.

P.–Antes de programar imagino que veis montones de actuaciones.

R.–Si hay un concierto cerca que queramos contratar, vamos a verlo. A Granada, a Almería… Cándida, por ejemplo, este año fue a Madrid a ver dos repertorios distintos y luego me lo comenta y lo vemos.

P.–Otra de tus facetas es la de cantante y sueles ser alumna en los cursos de canto del festival.

R.–Siempre quise cantar . El año pasado terminé en el Conservatorio Profesional de Música de Granada con mi profesora María Jesús García y canté por primera vez como solista con la Orquesta Ciudad de Granada. En Venecia, donde estoy haciendo una estancia de investigación, busqué un sitio donde cantar, así que me apunté a un coro de allí y había pruebas para solista, así que me presenté y me cogieron. Di tres conciertos en Venecia, algo que es un lujo: en la iglesia del Redentore, en una iglesia luterana y luego, había otro coro distinto que iba a hacer la misma pieza pero les falló la contralto, así que como me habían escuchado me vinieron a buscar.

P.–¿Qué peculiaridades tienes como cantante, según lo que te dicen también profesoras como Marta Infante en este curso del festival?

R.–Creo que todavía me falta estudio, porque tengo proyección de seguir estudiando. Me gusta mucho estudiar con Marta Infante porque estoy trabajando por primera vez registros que antes no conocía, pero quizá sí que tengo bastante facilidad en el grave, y buen manejo de ciertos agudos.

P.–¿Quién le metió el gusanillo de cantar?

R.–Mi familia es muy musical por ambos lados, pero es verdad que siempre mi padre y mis tíos (Cándida Martínez y Fernando Martínez) me han llevado al coro del pueblo, a la coral Andrés del Castillo, que ahora es la que dirijo yo. Siempre me llevaban y de muy pequeña comencé a cantar, en el coro del conservatorio con 10 años y desde los 18 años dirijo la coral de aquí.

P.– ¿Cómo te ves en el futuro, haciendo dónde te quieres enfocar?

R.–Ahora mismo tengo un buen camino en la investigación y estoy haciendo una tesis doctoral sobre la profesionalización musical de las mujeres en el siglo XIX y XX, me queda un año todavía para escribirla. Esa es mi primera proyección. Pero tampoco quiero perder el canto. Así que dejo ambas opciones abiertas. Ganarse la vida solo de la interpretación es muy complicado, por eso nunca quiero perder el horizonte académico.