Estela García ‘Pussytrap’: “Estoy haciendo imágenes sobre cerámica y estoy diseñando una vajilla en porcelana”

Fotografía

La fotógrafa nacida en Fines vive un gran momento creativo puesto que está centrada en la música sin dejar de lado la fotografía, en la que lleva muchos años, y en especial el desnudo

Estela García se ha convertido en una artista de referencia en Almería que tiene su sello personal.
Estela García se ha convertido en una artista de referencia en Almería que tiene su sello personal. / Maika López

Es una mujer inquieta. Se atreve con todo. Desde niña siempre fue algo rebelde. Lleva años dedicada a ser artista, bien con una cámara fotográfica en la mano, produciendo y grabando videoclips o gestionando cultura. Ella nació para ser artista en Fines. Hoy por hoy se ha consolidado como una artista especial y única. Y lo mejor es que habla sin tapujos de creatividad y de todo lo que le preocupa.

-Es una persona muy inquieta y muy creativa. Muy conocida por sus fotografías, ahora está involucrada mucho con la música.

-Mientras sigo produciendo imágenes, sigo componiendo canciones. En la música toda la parte visual la desarrollo yo. Es como una excusa para seguir produciendo imágenes y contando historias.

-Lo último que se ha visto en música ha sido un trabajo con otra joven artista.

-Es Amaya, que se hace llamar 369 Aire Y es una chica muy jovencita de aquí de Almería que ha empezado también en el mundo de la música. La conocí y le propuse hacer algo juntas y acabamos de sacar el tema Fuego en vena.

-En la música se denomina Pussytrap.

-Es una expresión que viene a decir como que estoy hasta el moño de todo.

-¿Cuanto tiempo llevas en el mundo de la música?.

-Dos años nada más. En mi vida no había hecho nada con la música, eso sí, detrás de la cámara haciendo videoclips, imágenes para discos de muchísimos artistas. Eso es a lo que me he dedicado los últimos 15 años de mi vida.

-¿Pero realmente por qué llegas a la música?

-Pues empecé con la música de una manera bastante natural. O sea, yo siempre había escrito desde pequeña, había escrito letras. Pero cuando empecé con la fotografía, a los 18 años, dejé de escribir. Me imagino que empecé a contar mis historias con las imágenes y ya no necesitaba escribir. Pero hace un par de años volví a escribir, después de 20 años sin haberlo hecho. Y me di cuenta de que cuando leía lo que había escrito me daba la sensación de que era un rap. Y unos amigos de Barcelona me dijeron pues sí, efectivamente, tienes un rap. Y ellos, en una residencia artística en mi casa, con Interestelab, un día, en Costacabana, lo hice y gustó mucho.

-Eso dio lugar al disco que se titula Tu castigo.

-Me puse a hacer temas y a colaborar con productores con los que yo había trabajado para ellos como fotógrafa. Y saque el disco Tu castigo donde incluía el tema Puto demente.

-Y para el que no te haya escuchado nunca, ¿En qué género te incluyes?

-Bebo muchísimo de la música electrónica, del trip hop, de grupos como Massive Attack. Es lo que me inspira muchísimo, pero acabo haciendo música urbana, realmente. Aunque bebo de muchos estilos diferentes, no hago rap o hip hop como tal, mezclo mucha música.

-¿Generalmente en tu casa, sueles escuchar otro tipo de música?

-Sí, escucho otro tipo de música. O sea, me encanta el blues y el soul. Escucho muchísima música distinta y cosas que pueda compartir también con mi hija. Hay música que a lo mejor me gusta, pero es mucho más agresiva, y no la escucho en casa.

-¿Y tu hija cuando te escucha cantar, qué te dice?

-Al principio flipó mucho porque dice que decía muchas palabrotas. Pero estos últimos temas que estoy haciendo, que tienen menos palabrotas, le gustan más.

-En paralelo a la música sigues con otras cosas en tu vida.

-Sigo con la fotografía, evidentemente, siempre desarrollando proyectos. Llevo mucho tiempo queriendo volver al desnudo y lo he recuperado, que es el tema estrella de mi trabajo. Por muchos temas, como lo del desnudo y demás, me ha llegado la censura en muchísimos medios. En redes sociales me acaban de censurar hace tres meses el canal de Instagram. Cuesta cada vez mucho más trabajo encontrar espacios donde poder exponer y visualizar el trabajo que hago de desnudo.

-¿Algún otro proyecto?

Paralelamente, estoy trabajando sobre cómo cambian los espacios según nuestro estado de ánimo. Uso la fotografía analógica, tomo fotografías de los espacios y luego esa única imagen la deconstruyo en múltiples imágenes que acaban siendo un vídeo con la técnica del stop motion. Estoy trabajando en esas dos vertientes. La del desnudo, que es la que me acompaña desde los 18 años, y esta como más conceptual y más de investigación que estoy arrancando ahora.

¿Por qué no se entiende esa fotografía tan bella y tan bonita que es el desnudo?

-Imagínate la desconexión que tenemos de este tipo de temas como puede ser el desnudo dentro del arte. Se ha frivolizado tanto con el porno, con las imágenes de TikTok y con las chicas y chicos perreando en tangas, que creo que se ha ido la visión hacia otro lugar y se ha dejado de ver el desnudo como algo natural para convertirlo en algo perverso por quien mueve estos hilos de estas nuevas maneras de comunicarnos.

-Pero hoy día no se entiende que haya ese tipo de censura.

-En mi caso, quienes me han estado censurando y enviando denuncias a mis fotografías son personas privadas. Es gente que le incomoda ver la belleza del mundo porque ni hago pornografía, ni siquiera llego ni a rozar casi el erotismo. Son imágenes bellas, sensuales, donde hablo del cuerpo puro y duro.

-¿Es fácil hacer una fotografía de un desnudo?

-Creo que es de lo más complicado que hay en los temas que me he enfrentado en la fotografía, que son muchos a lo largo de estos años. Creo que el fotógrafo se acaba convirtiendo en un psicólogo cuando hace retratos. Una vez que dominas la técnica de la luz y sabes lo que quieres, luego es meterte en esa cabeza, en esas vivencias e intentar que la persona se olvide de que tú tienes una cámara y de que ella está desnuda. Yo empecé a quitarle la ropa a la gente en mis sesiones porque no me aportaba mucho sobre su personalidad. Me distraía mucho, no veía que tuviera mucha relación lo que contaba, su expresión, sus ojos, su mirada, su manera de hablar, como ellos vestían. Empecé a quitar la ropa por eso, más que por interesarme por el desnudo y por interesarme por la personalidad de quien tenía enfrente.

-Comentas que coloreabas la foto en los negativos, pero el color como tal, el color puro y duro, ¿No te interesa?

-No. Cuando trabajo y hago color, es como que le doy toda la información al espectador. El blanco y negro te permite soñar, te permite poder poner algo de ti en la imagen y esa parte de la fotografía me encanta. Es como hacer un poco esa imagen abierta que el espectador se sienta que también es un poco suya y creo que el blanco y negro tiene esa parte.

-¿Qué tiene en mente para el futuro?

-Estoy empezando a tontear con el paisaje. He vivido en ciudades muy grandes, y me ha impactado muchísimo la urbe, o sea, su arquitectura, sus calles, la gente, la vida que tiene. Creo que estoy empezando a desarrollar piezas a través de la fotografía que acabo convirtiendo en vídeo que muchas de ellas están empezando a ser recursos de la naturaleza. Es como deconstruir un paisaje que siempre lo hemos visto idílico y precioso, como los que tenemos en Cabo de Gata, pues yo estoy tratando de darle una vuelta. Es como veo el paisaje a través de las emociones, a través de mi estado de ánimo, entonces, es una manera conceptual de abordar el paisaje.

-¿En tu caso, por ejemplo, tu estado de ánimo influye de alguna manera en el resultado final?

-Siempre. De hecho, ahora que ya llevo 26 años haciendo fotografías, he empezado a hacer como un poco una retrospectiva de lo que he hecho hasta ahora. Me he dado cuenta de que hay grandes bloques en mi vida que se ve perfectamente como he dejado de ser esa persona y me he convertido en otra. Mis imágenes de hace 20 años partían del negro. Era una iluminación casi renacentista, buscando siempre los claroscuros. Luego pasé a colorearlas. Ahora llevo una temporada, llevo como 4 ó 5 años donde es todo lo contrario, parto del blanco y todas las imágenes son muy vivas y muy luminosas.

-Cómo va cambiando la vida con los años?

-No vivo tanto de noche. Vivo más de día que de noche. Antes no era así. Antes yo era una persona nocturna totalmente. Dormía tres horas al día. Estaba haciendo fotos, trabajando en la escuela, de fiesta y en el laboratorio. Y así eran 20 horas cada día durante muchos años de mi vida. Y ahora estoy en otra dinámica y creo que eso también está afectando a mi manera de ver. Ahora tengo más conocimiento. Mi personalidad creo que sigue siendo la misma que tenía con 5 años.

-Has realizado muchos videoclips muy impactantes.

-No es nada comercial. Creo que el vídeo juega al cine y eso significa mucho dinero y mucha producción. Vivo en Almería y mis recursos para poder hacer imágenes y para construir vídeos son muy pocas. Cuando afronto una pieza de un artista suelen tener poco presupuesto entonces mi creatividad explota. Yo tengo una especie de sinestesia visual y es que cuando me gusta la música que escucho sin querer empiezan a aparecer imágenes en mi cabeza y todas esas imágenes las quiero llevar a la realidad con ese vídeo que voy a contar sobre ese artista y su música.

-Fotografía, vídeos, música ¿Con qué vas a sorprender dentro de unos años?

-Estoy investigando sobre materiales, estoy haciendo imágenes sobre cerámica y estoy diseñando una vajilla en porcelana. Con todas las imágenes que tengo de los insectos pues estoy diseñando una vajilla al completo. Ya tengo seis piezas

-El Proyecto Interestelab es una historia que montaste en Costacabana.

-Ahora vuelvo a la carga a saco. Estoy haciendo remodelaciones para tener más espacios de trabajo, una habitación más para otro residente con lo cual podrían venir cuatro en vez de dos. Ha sido la primera residencia artística de la provincia de Almería. Ahora hay muchas. En abril viene un director de cine que trabaja para Netflix.

-Eres una de las fundadoras de la Guajira.

-Los tres fundadores somos de Almería pero nos conocimos en Barcelona. Yo me dedicaba al laboratorio, Manolo hacía vidrio y Jesús hacía música. Después de años de trabajo en Barcelona, Manolo y Jesús se vinieron a Almería y me llamaron. Yo estaba viviendo en Marruecos. La intención era montar en Almería algo parecido a lo que hacíamos en Barcelona. La Guajira fue una aventura para mi muy bonita, pero al final lo dejé porque era inviable afrontar tanto trabajo.

“Modelos profesionales no he trabajado nunca con ninguno”

-¿Ves más cosas y más esencia en un desnudo que en una persona cuando está totalmente vestida? 

Sí, totalmente. Creo que nos vestimos por razones muy diferentes, unas por pertenecer al grupo, otras por ser diferentes, otras por ser radicales y rebeldes, otras por ocultarnos y disfrazarnos. Hay muchos motivos por los que nos vestimos de una determinada manera. Pero cuando te quitan la ropa eso se acabó. Eso de que seas punky, o seas heavy o seas pijo o seas moderno u hortera en cuanto te han quitado la ropa eso ya no puede hablar de ti. Y eso es lo que más me interesa.

-¿Son generalmente modelos o tienes gente particular que se prestaa ti? ¿Te interesa concretamente un tipo de persona? 

-Generalmente conozco a personas que me despiertan la necesidad y las ganas de contar su personalidad a través de su mirada y de su cuerpo y se lo propongo. Modelos profesionales no he trabajado nunca con ninguno, excepto que se convierten en modelos cuando tengo talleres como los que hago en la Universidad de Almería o en su momento hacía en La Guajira.

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