Elena Espig, la fotógrafa rusa que sabe ‘retratar’ la esencia de las personas

Fotografía

Esta artista muy innovadora, afincada hace 21 años en Aguadulce, ha abierto hace poco un estudio en la calle Lope de Rueda de Almería, para mostrar otra forma de hacer fotografías

Elena Espig ofrece unos trabajos fotográficos que se salen de lo común, con un sello muy personal.
Elena Espig ofrece unos trabajos fotográficos que se salen de lo común, con un sello muy personal.
Diego Martínez

26 de agosto 2024 - 07:40

Elena Espig es una fotógrafa que sabe sacar la esencia de la persona fotografiada en todos sus trabajos. Ahora anda muy atareada con la reciente apertura de su nuevo estudio que compagina con su trabajo fotográfico. De alguna manera ve cumplido un sueño. Nacida en la ciudad de Perm en Rusia, lleva ya muchos años afincada en Almería. A sus 44 años ha decidido montar un estudio fotográfico, donde Elena da rienda suelta a su creatividad, ofreciendo unas imágenes que se salen de lo común.

Siempre la fotografía fue una afición para Elena Espig, no lo consideró antes nunca un trabajo. “Mi esposo hace más de diez años me regaló una cámara fotográfica. Me dediqué a hacer muchísimas fotografías y nunca pensé que sería luego mi profesión. Durante la pandemia estábamos encerrados en casa, y vi que había un curso online desde Rusia en torno a la fotografía. Me propuse hacerlo”.

“Escuchaba con mucho interés todo lo que me iban explicando en aquel curso que duró tres meses, y como tenía cámara y buen ojo para esto, pensé que mi vida tenía que enfocarla en torno a la fotografía. Me interesa mucho la persona humana, no me inclino por la fotografía de naturaleza. Me encantan los retratos a cualquier persona tenga la edad que tenga y sobre todo los más jóvenes”, narra esta gran artista.

“Cuando acabé el curso sentía una gran emoción. Esa formación me vino muy bien, pero yo quería aprender mucho más. Luego hice un curso de edición de fotografías. No fue nada fácil, pero yo quería conseguir mi sueño. A pesar de todo ello, me faltaba saber utilizar las luces en un estudio, algo clave y fundamental. A mi me interesaba jugar con las luces en mis fotografías, quería hacer algo diferente”, explica.

El sueño de Elena Espig es ya una realidad, ya que ha conseguido montar su estudio en la calle Lope de Rueda, número 16. “Ofrezco algo diferente a las personas que se pongan en mis manos a la hora de hacerles unas fotografías”. A pesar de que en los últimos años se han ido cerrando diferentes estudios fotográficos en la capital almeriense, Elena Espig es una mujer joven que tiene grandes retos por delante. “Yo quiero innovar, quiero ofrecer algo diferente y distinto y que además a la gente le guste. Si siempre haces lo mismo, la gente se cansa y algunos estudios han cerrado debido a eso”.

Elena Espig quiere centrar su trabajo en fotografías de embarazo, belleza, moda, comuniones y fotos publicitarias. “Hay muchas empresas que para su perfil en redes necesitan fotografías de mucha calidad”. “Me apasiona trabajar con la gente, sobre todo con mujeres, para ponerlas guapas y además soy estilista. Tengo una maquilladora, y el resto lo hago yo. Cada persona antes de hacerle una sesión fotográfica le busco el vestuario más apropiado para que esté muy guapa”.

Elena Espig además domina como nadie el Photoshop para resaltar la belleza. “Suelo hacer un retoque sin retoque, para que no se note que está retocada. Cuando captas una imagen siempre encuentras una pequeña peca o un granito, ese trabajo de Photoshop sirve para eliminar eso”.

Pero no todo el trabajo se desarrollará en estudio. Cualquier persona que quiera contar con un trabajo de calle por parte de Elena Espig lo tendrá. “Si hay algún lugar especial donde el cliente quiera aparecer en una imagen, preparamos el entorno y hacemos ese trabajo. No todo es trabajo en estudio”, dice.

Desde hace 21 años, Elena Espig vive en Aguadulce y lleva años a camino entre Francia, tierra de su marido, y España. “Vine a Aguadulce a pasar unas vacaciones y me gustó mucho esta zona. En ese momento, conocí al que hoy es mi esposo, y ya me quedé. Estoy muy agradecida a mi marido, un hombre que me ama, y me respeta muchísimo. Hay pocos hombres así”. Espig se dedica a la fotografía porque le encanta. Además no quiere ser una fotógrafa más, sino tener un sello propio, que todos los que confíen en ella para hacerles fotografías se muestren muy satisfechos del trabajo final. Ese es el objetivo. 

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