Elden Ring Shadow of the Erdtree o cuando la excelencia se vuelve una (bendita) costumbre

Aún me maldigo por no haber conocido antes y disfrutado (o sufrido, según se mire) la icónica saga Dark Souls. Unos títulos que, sobre todo el primero, sentaron las bases de lo que hoy se conoce como genéro Souls y que ha encumbrado a sus desarrolladores, FromSoftware, a la categoría de genios.

Por suerte, un par de veranos dan para mucho y la trilogía fue cayendo uno tras otro junto a Bloodborne, el remake para PS5 de Demon Souls y, hace algo más de dos años, Elden Ring. Un videojuego que terminó por universalizar la fórmula y que se ha convertido, en tan poco tiempo en un título tan transgresor e impactante que de facto es ya un clásico y un imprescindible para cualquier amante de los videojuegos.

Así lo contamos aquí en El Loot de Txeron cuando realizamos su análisis y decíamos que “todo es tan sumamente épico, bello y emocionante que adentrarse en este mundo es una sensación que ningún amante de los videojuegos debería perderse. Hay tanto que investigar, que morir, que superar, que mejorar, que la encomienda es única e irrepetible. Ha nacido un mito, un referente”.

Y ahora llega, como ya es tradición en FromSoftware en anteriores juegos, la expansión del título con el nombre de Shadow of the Erdtree. Un contenido encasillado como DLC pero que, a tenor de lo que ofrece, podría ser la segunda parte de Elden Ring por la cantidad de experiencias que ofrece y que se pueden extender por encima de las 40 horas. En el juego base, es cierto, la cantidad puede hasta triplicarse, pero ciñéndonos al estándar de la industria, bien podría haberse llamado Elden Ring 2 y nadie se habría quejado.

Y hechas las presentaciones, ¿qué ofrece este DLC? Pues básicamente una historia paralela a la del original que, contada de forma algo menos críptica, nos sumerge en la Tierra Sombría tras los pasos de Miquella. En estas extrañas tierras, nos toca descubrir los oscuros secretos del mundo y conocer a otros que también siguen las huellas de Miquella. De hecho, en ese peregrinaje, contaremos con esos nuevos NPCs con los que interactúar así como como unas cruces doradas que nos servirán de referencia para no perdernos en este nuevo escenario de mundo abierto. Son los puntos por los que la semi deidad dejó fragmentos suyos que nos permiten conocer un poco más el trasfondo de la historia de un lugar ensombrecido por el Árbol Áureo donde la diosa Márika se estableció en primer lugar.

Y morirás muchas veces. Más que en el juego base. Así, sin anestesia. La expansión tiene una importante subida en su dificultad con la que hacer frente a personajes de mucho nivel que hayan farmeado hasta la saciedad en las Tierras Intermedias.

El aumento de dificultad tiene su particular fórmula de equilibrio

Para compensarlo, el DLC introduce lo que se denominan bendiciones del Árbol Umbrío. Son dos tipos de consumilbles que podremos ir recogiendo por las Tierras Sombrías y que se aplican a nuestro personaje y otras a nuestras invocaciones. Con ambas incrementamos el daño que hacemos y reducimos el que recibimos por lo que se convierten en una mejora importante para equilibrar el aumento de dificultad. Se activan y mejoran en las gracias cuando descansamos, pero eso sí, solo funcionan en las Tierras de las Sombras. Si volvemos al mapa original, no tendremos esa mejora. Lo bueno es que para los más puristas que no quieren ayudas de ningún tipo (invocaciones y lágrima mimética incluidas), pueden no activarlas y hacer frente al desafío que supone esta expansión que cuenta con los jefes más difíciles con los que me he topado en los títulos de FromSoftware.

De hecho, mientras escribo estas líneas sigo intentando acabar con el jefe final tras 45 horas de juego y creo que me tocará dar alguna vuelta más por las Tierras Sombrías y farmear más bendiciones para equilibrar el combate. Y quizás esa sea la magia de esta expansión, el animarnos a explorar cada rincón para conseguir superar esa barrera de dificultad. Y hacerlo te llevará a disfrutar de un DLC que condensa como nadie multitud de biomas, cuevas, mazmorras, jefes secundarios únicos, zonas secretas (varias inmensas que puedes perderte perfectamente si no exploras), y multitud de loot conjugando una verticalidad en los escenarios pasmosa que no se había visto en el título original.

Mención especial para un emplazamiento dentro de la ruta para la misión principal en la que te hará sentirte como en Dark Souls gracias a la magistral fórmula con la que se conecta todo el escenario mientras vas avanzando.

A eso hay que sumarle una dirección artística superlativa y una banda sonora al mismo nivel para conformar un producto casi redondo. Sus inconsistencias en el framerate en su versión para PS5, los problemas de la cámara en algunos momentos contra grandes jefes y algo de popping son las quejas más reseñables. 

Conclusión

En cualquier caso, el título alcanza, otra vez, la excelencia. Algo que parece que ya es una costumbre en FromSoftware y que los jugadores aplaudimos. Y sigue sorprendiendo, y mucho, la capacidad que tiene, valga la redundancia, para sorprender. Cada escenario, cada nueva mazmorra, cada nuevo camino que te lleva a descubrir experiencias nuevas que se empeñan en que no pares de desencajar la mandíbula. Y es reseñable porque tras haber disfrutado más de cien horas con el juego base, la expansión aún tiene la pólvora suficiente para que en muchos momentos los fuegos artificiales hagan acto de aparición y vuelvas a sorprenderte. De locos. Por eso, prepárate para disfrutar (y morir), Sinluz.

Hemos podido analizar Elden Ring Shadow of the Erdtree gracias a una clave para Playstation 5 que nos ha facilitado Bandai Namco España.