Egeria: "La música medieval sorprende al público, porque es más asequible de lo que se imaginan"

Festival de Vélez Blanco

Este grupo madrileño es ganador del premio Sello FestClásica 2024 y presentan en Vélez Blanco un programa musical que recrea un viaje de Egeria y Marco Polo 

El concierto es este sábado 20 de julio, a las 21:00 horas en el claustro del convento de San Luis

De oriente a occidente, el encuentro marca el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco

Egeria son Lucía Martín-Maestro, Fabiana Sans, Ileana Ortiz y Romina de la Fuente.
Egeria son Lucía Martín-Maestro, Fabiana Sans, Ileana Ortiz y Romina de la Fuente. / Diario de Almería

Egeria, un grupo vocal femenino especializado en música medieval, actuará este sábado en el Festival de Música Renacentista y Barroco de Vélez Blanco con el programa con el que han logrado el premio Sello FestClásica 2024: ‘Egeria & Marco Polo. Itinerarium ad Mirabilia Mundi’. La formación madrileña es, además, la reciente ganadora del Premio MIN 2024 al Mejor Álbum de Clásica.

Hablamos con Lucía Martín-Maestro y Fabiana Sans, las dos fundadoras de Egeria.

Pregunta.En su concierto de este sábado nos prometen "un viaje al mundo de las maravillas". ¿Qué van a encontrar los asistentes a la actuación en Vélez Blanco a lo largo de ese viaje?

Respuesta.Lo hemos planteado como un viaje ficticio en que nos acompañan Egeria y Marco Polo. Queremos rescatar la figura de Egeria y compararla con la de Marco Polo, que este año está muy presente porque se cumplen 700 años de su muerte. Sin embargo, se habla muy poco de Egeria, una viajera española que mil años antes hizo un gran viaja a Oriente Próximo. Ponemos a los dos personajes en ruta, planteando la idea de que Marco Polo pudo estar inspirado por Egeria. Con ese hilo conductor del viaje plantamos un programa con piezas y sonoridades que quizás pudieron escuchar ellos en sus viajes y poner en un mismo plano oriente y occidente. Por ejemplo, a través del canto gregoriano en chino, que es una manifestación occidental en oriente; o con el canto maronita, que es el primer canto eclesiástico que se conoce y que se convierte luego en el canto gregoriano en occidente. Además, hemos rizado el rizo con repertorio europeo que ha sido desplazado, como canciones italianas que aparecen en Francia o España, otras españolas que aparecen en Francia...

P.¿Cómo surge un programa como ‘Itinerarium ad Mirabilia Mundi’: cómo llega la idea, cómo se realiza la búsqueda y selección de las canciones, cómo es el proceso?

R.Es un proceso arduo. Nuestros programas, en general, los concebimos como pequeños cuadernos de viaje, siempre relacionado con la figura de Egeria. Partiendo de eso, empezamos a descifrar de dónde queríamos partir y qué queríamos hacer, buscando puntos donde enlazar ambos viajes (de Egeria y Marco Polo) y redescubrir otros caminos.

R.Para nosotras es muy importante tener una historia que contar, y una vez que lo tenemos claro nos ponemos a indagar en los manuscritos y en los archivos. Y en un ámbito más musical, buscamos dentro de los repositorios las piezas que se interpretan muy poco. Es una labor de mucho tiempo, de hormiguita.  

P.Imagino que encuentran esas canciones en manuscritos pero, si no han sido interpretadas antes, no saben muy bien ni cómo sonaban.

R.Claro. Ahí entra nuestra faceta de musicólogas. El soporte escrito, sobre todo de los siglos XII y XIII, la mayor parte del repertorio no está anotado para ser leído, sino recordado. No está toda la información escrita y siempre hay que ir más allá y buscar crónicas de la época, tratados que explican cómo se hacía. La música se hacía, no se escribía. Aquí entra en juego nuestra creatividad, porque aunque nos tengamos que basar en crónicas y tratados, muchas veces está explicado de forma metafórica y poética y tenemos que interpretarlo. Nosotros lo interpretamos desde una mentalidad del siglo XXI, así que tal vez no sea como sonaba, eso es imposible de saber, aunque nos intentamos ceñir lo máximo posible a los testimonios de la época.

R.Para este programa no sabemos cuántas piezas habremos visto. Empiezas con una gran cantidad y hay que reducirlo a un tiempo específico para el concierto. Es ensayo y error. Hay que aceptar que hay cosas que se pueden hacer y otras que no.

P.¿En este caso concreto, desde que surge la idea hasta que está el programa pulido para representarlo, cuánto tiempo pasó?

R.Un año de trabajo, para dejarlo como lo van a escuchar. El primer paso es tener la idea general, después la búsqueda del repertorio y luego se comienza un proceso de ensayo y error para probar voces y ir perfilándolo.

P.La música que Egeria rescata se suele considerar “poco accesible” para el público en general. ¿Cómo se hace para que pueda llegar a todo el mundo, por ejemplo en festivales como este en el que les vana oír personas muy entendidas pero también otras que simplemente van a disfrutar de los conciertos sin tener una formación musical? 

R.Creemos que la música medieval es la semilla de gran parte de la cultura musical que tenemos a día de hoy en occidente. La música medieval está en todas partes. Tiene un lenguaje que sorprende al público, porque es mucho más asequible de lo que podemos imaginar. Intentamos hacer un trabajo pedagógico, pero sobre todo para desprejuiciar este repertorio. Estamos muy familiarizados con otras manifestaciones de la Edad Media, como un castillo o una iglesia románica, pero no sabemos cómo suena la música. Cuando la gente se topa por primera vez con un reportorio como el que hacemos, la acogida es muy buena, porque el lenguaje no es complicado o sofisticado como puede ser el de otros periodos de la música académica. Así que lo hacemos de una forma muy cercana y democratizar el acceso a la música medieval para todos los públicos. Nuestra experiencia, hasta la fecha, ha sido siempre fantástica. Es importante la normalización de la presencia de la música medieval, fuera de ese halo que ha existido siempre de que es música religiosa inaccesible. Hay que entender el contexto histórico, que quienes tenían acceso a lápiz y papel era el entorno religioso y de los reyes. En definitiva, queremos quitar ese halo rancio con el que nos llenamos a veces la cabeza. Le decimos a la gente que vengan, prueben y nos comenten después. Es muy curioso y valioso, porque recibimos comentarios por redes sociales que nos ayudan luego a crear estos programas con lo que la gente nos va diciendo.

P.A nivel técnico, a la hora de la interpretación, ¿cuáles son las mayores dificultades que tiene un reportorio de este tipo?  

R. Por un lado la dificultad mayor es la intelectual que viene antes de poner la música a sonar: la toma de decisiones al respecto de recuperar estas melodías cuyas referencias son mínimas. Y después, de lo más complicado de la música a capela es el sistema de afinación pitagórico de la Edad Media, donde las notas no suenan igual a las de hoy en día. Y por otro lado, está la interválica y el uso de las disonancias: hay sonidos que desde el siglo XVIII hasta hoy que cuando se combinan suenan para crear tensión, pero en música medieval es todo lo contrario. Son cosas que con el paso de los años vas asimilando y controlando. Hay que salir de la cultura musical que nos envuelve para entrar en otro. 

P.Hay siglos de diferencia entre unas canciones y otras, además de ser de zonas del mundo completamente distintas. ¿En qué se nota el paso de ese tiempo en las melodías? ¿Qué diferencias hay?

R.Nuestra especialidad son los siglos XII y XIII. En este programa hay parte del repertorio de estos siglos, pero hay dos puntos más extremos, al menos para nosotras, como las piezas de canto maronita que están construidas desde la tradición oral y desde el sistema oriental musical, por lo que se usan otras escalas, con microtonos, que no existen en la música occidental. El tipo de frases y su longitud es irregular, lo que es poco habitual en el repertorio occidental. Por otro lado, hemos hecho una pequeña trampa con el canto gregoriano en chino, porque en realidad es una adaptación que se hizo en el siglo XIX. El idioma chino es tonal y cuando se traducía el gregoriano al chino las inflexiones de la música hacían que sonara a otra cosa. Algunos procesos que hacemos como añadidura de voces que hacemos siguiendo los patrones medievales no sean posibles aquí. Hay otras piezas más antiguas como el Codex Rossi, del ars nova italiana, que tiene un lenguaje muy marcadamente italiano y donde se puede percibir el latir de la música folclórica italiana. Y también tenemos Tropario de Catania, que ya lo hemos trabajado antes, pero hemos incorporado piezas nuevas. Ahí se puede reconocer a un Egeria más puro.

P.Han sido seleccionadas por el Circuito Sello FestClásica 2024, lo que significa que durante este verano pasan por los principales festivales de España. ¿Está Egeria en su mejor momento? ¿Qué supone para ustedes el empujón que da el Sello FestClásica?

R.Para nosotras fue una sorpresa mayúscula. No es habitual que los medievalistas estemos en festivales. Lo que más se escucha es barroco, que lo podemos entender, porque suena más cercano y es lo que más se ha desarrollado. Nos sorprendimos mucho porque la música medieval no está tan presente en todos los festivales. Es una oportunidad única, no solo para nosotras, sino para todos los músicos que hacen música medieval. Y por parte, de Egeria, podemos decir que estamos en uno de los mejores momentos, no podemos decir que en el mejor, porque no sabemos que va a pasar en el futuro. Para nosotras es un punto de inflexión y a la vez de partida para ir más allá y para lograr nuestro objetivo, que es llevar la música medieval a todos los rincones. El otro día estuvimos en Panticosa y nos dijeron que nunca se había hecho allí música medieval. Al igual que en Villaviciosa de Odón. Nos ilusiona mucho abrir otros espacios y que se entienda desde los programadores y desde el público que hay algo más allá. Es una oportunidad única y enorme. Vamos a estar en festivales no solo el verano, sino hasta diciembre.

P.En su caso en particular imagino que el Festival de Vélez Blanco es especial, porque Fabiana fue alumna del curso de canto. ¿Cómo recuerda aquella experiencia?

R.Me emociona mucho volver. Estuve en 2019 con Raquel Andueza como profesora. Quedé totalmente enamorada no solo del espacio, que es una belleza, sino de todo lo que envuelve el festival, desde el equipo organizador, los voluntarios, los compañeros... Era como irse de campamento cuando eres pequeño. Lo recuerdo con muchísimo cariño. Cuando nos dijeron que íbamos a cantar en Vélez-Blanco se me saltaban las lágrimas, porque tengo un recuerdo muy bonito y especial. Lo estoy viviendo como si volviera otra vez a mi casa.

P.¿Van a poder disfrutar del pueblo, no sé si antes o después del concierto?

R.Llegamos hoy sábado y pasaremos la noche y un rato de la mañana del domingo, así que nos daremos una vuelta e intentaremos disfrutar un rato. Siempre nos gusta estar aunque sea un rato, a modo de agradecimiento y llenarse del espacio en el que estás, y tener un recuerdo más allá del concierto de ese lugar en el que te han abierto las puertas.

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