Diego Amador y Lela Soto triunfan en la noche más vanguardista del 57º Festival de Flamenco

Flamenco

El público lo pasó en grande con dos actuaciones muy distintas, pero con mucho arte

Lela Soto acompañada a la guitarra por José del Tomate.
Redacción

20 de julio 2024 - 16:34

El 57º Festival de Flamenco y Danza de Almería, organizado por el Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería entraba el viernes en su recta final. El turno fue para las vanguardias y qué mejor representantes que Diego Amador y su cante con el piano y Lela Soto, con una voz y modulación más moderna, a partir, ambos, del conocimiento pleno de la tradición.

El primero en actuar fue Diego Amador, que se bastó y sobró para que con su piano y voz, con efectos ocasionales de loops y nudillos, desplegara las alas de la belleza pulcra de su talento al piano. Escalas coloristas fusionadas con el cante, en una propuesta que, aunque sencilla, destila pasajes de gran belleza como unas magníficas tarantas de la tierra, antes de recordar que su padre nació en Almería.

Antes, había comenzado con una plástica y almibarada canastera, siguiendo por esas campanas del alba que suenan, como cantaba Camarón de la Isla por seguiriyas. Dio prueba de su gusto por las figuras de Camarón y Paco de Lucía, a quienes rinde homenaje con la reposición de repertorio, como disfrutó el viernes el público de la Plaza Vieja. Tangos “como el agua” y bulerías lucieron también en un actuación equilibrada entre elegancia y técnica como pasión y arrojo.

Diego Amador durante su actuación en el Festival Flamenco.

Continuó Lela Soto que estuvo acompañada a la guitarra por otro nombre propio de la tierra como José del Tomate. También por momento con las palmas de Manu Soto y Marcos Carpio. Con poco más de treinta años la voz de Lela Soto va cogiendo un poso y una tímbrica que la hace mejor cantaora cada vez que se sube a un escenario. Comenzó afinadísima en unas bellas bamberas con las que quiso homenajear a la Niña de los Peines.

Si puso el listón alto desde el arranque no tuvo problemas en rebasarlo con unas granaínas de cierre infinito. Navegó cómoda y meliflua en la tanda de tientos con tangos y recordó a su abuelo Manuel Soto Sordera al encarar una soleá por bulerías que retumbó doliente y sincera. “Gracias por el cariño, el amor y el respeto que le disteis siempre”, compartió.

Para la tanda final bregó por bulerías, quizá el palo donde más se dejó notar una visión más contemporánea, tanto en los quiebros como en la forma de modular y enlazar el cante. Si ya cerró las últimas estrofas de pie y bailando a pie de escenario, cerró la velada con tanda de tres fandangos naturales, sin micro, todos ellos con especial mención a la mujer y contra la violencia machista.

Desde el 26 de junio se ha desarrollado una programación con una quincena de propuestas entre las que se incluyeron: el circuito de divulgación del flamenco en colaboración con la peña el Taranto, el ciclo Plazeando coordinado por Jesús Fernández, dos noches flamencas en la peña El Morato, otra en el Apolo con la Federación de Peñas Almerienses, el tradicional curso magistral con Tomatito y José del Tomate en el marco de los cursos de verano de la UAL, dos veladas del ciclo Tres a Compás en colaboración con Indanza, y cuatro grandes veladas de recitales flamencos. Todo ello con apoyo del Instituto Andaluz del Flamenco de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y el patrocinio de Cruzcampo.

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