El concierto de valses y polkas de la OCAL recarga de gran energía a los almerienses
Música
La Orquesta Ciudad de Almería, bajo la dirección de Michael Thomas, entregó su Clave de Oro al Coro Infantil Pedro Mena
La Orquesta Ciudad de Almería es la banda sonora de la ciudad, participando de forma activa en los momentos más importantes del calendario, ya sea la Semana Santa, Feria o Navidad. Por eso, como marca la tradición, el año cultural comenzó ayer, 1 de enero, con el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Ciudad de Almería, celebrado en un Auditorio Maestro Padilla engalanado con una ornamentación floral navideña y las entradas agotadas por un público ilusionado que ama la música clásica.
Si en el concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena cada año la dirige un director invitado diferente, en Almería no se necesita hacer esos cambios pues la OCAL está dirigida por un maestro de renombre como es Michael Thomas, un británico-almeriense que ha sabido llevar al proyecto a las más elevadas cotas y que, con su carisma, ofrece un repertorio lleno de magia, donde, en la segunda parte, siguiendo los cánones de este día festivo, regala un repertorio de vales y polkas de la familia Strauss, entre ellas, cómo no, la alegre y empática ‘Marcha Radetzky’.
La programación del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería attancó, de esta manera, con la calidad y el talento de la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL), y un nuevo lleno del Auditorio, tónica habitual de la programación #AlmeríaesNavidad.
Además de la festiva música, la OCAL entrega en este evento su Clave de Oro, máxima distinción de la orquesta, que este año ha recaído en el Coro Infantil Pedro Mena, dirigido por José Antonio Pérez, destacando la promoción que realiza del canto coral entre los niños y niñas, así como su labor en la difusión de la música y su participación en numerosos eventos de relevancia. Este coro fue precisamente el perfecto acompañamiento de algunos de los valses y polkas en una tarde de ilusión, emoción y buena música de la OCAL.
El programa comenzó con el ‘Concierto para piano y orquesta en la menor Op. 16’ de Edvard Grieg, una de las obras más emblemáticas del repertorio romántico para piano, para la que contaron con el solista Francisco Fierro. Esta composición, reconocida por su profundidad melódica, fue ejecutada con gran dominio por el pianista Francisco Fierro, que demostró una técnica impecable y una sensibilidad que conectó con el público, arrancando una ovación cerrada.
El diálogo entre el pianista y la orquesta fueron continuos, desde la grandiosa introducción con los timbales, pasando por la emoción del adagio hasta el final energético.
Francisco Fierro es un reconocido pianista español. Nacido en Madrid, debutó en el Weill Recital Hall del Carnegie Hall de Nueva York en 2015 y su trayectoria le ha llevado a tocar en las principales salas españolas. Esta composición de la OCAL fue de nuevo brillante, enriqueciendo la experiencia musical de los almerienses con solistas invitados del talento de Francisco Fierro.
Si la OCAL sorprende siempre en la primera parte del repertorio, tras la entrega de su Clave de Oro llenó de energía al público con los tradicionales valses y polkas, al más puro estilo del concierto de Año Nuevo de Viena. Michael Thomas dirigió con precisión, dinamismo y alegría esta selección de clásicos, en algunas de las cuales contó con las dulces voces del Coro Infantil Pedro Mena.
Este viaje por los valses y polkas de la familia Strauss hizo escala en obras como ‘Vals Emperador’ y el ‘Danubio Azul, de Johann Strauss hijo, donde el público se sumergió en la elegancia de la tradición vienesa.
En ‘Pizzicato Polka’, de los hermanos Josef y Johann Strauss, los músicos de la OCAL demostraron su talento en el uso del arco y la sincronización perfecta entre las cuerdas. Una pieza con una textura única y un tempo rítmico muy original, y que ejecutaron con gran dominio la sección de cuerda de la orquesta.
Una de las obras más reconocidas por el público fue ‘Tritsch-Tratsch Polka’, de Johann Strauss hijo, con una estructura dinámica y un tono alegre y contagioso, con el que disfrutaron los almerienses que llenaron anoche el Auditorio. La OCAL también se lanzó a interpretar ‘Furioso Polka’, de Johann Strauss (hijo), con un ritmo frenético, que ha permitido a la orquesta desplegar toda su potencia, creando una atmósfera de vigor y entusiasmo.
El programa concluyó, como marca la tradición, con el brindis del director, Michael Thomas, deseando un 2025 en el que la cultura y la música clásica forme parte de la vida de todos los almerienses y concluyó con la ‘Marcha Radetzky’, compuesta por Johann Strauss, padre, acompañada por los aplausos rítmicos del público.
Un gran Concierto de Año Nuevo con el que la Orquesta Ciudad de Almería recargó con buena energía a los almerienses en la primera cita cultural del año. No se podía empezar mejor el año cultural en la ciudad.
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