El concierto más importante para los alumnos del Festival de Vélez-Blanco

El concierto de este sábado por la mañana seguramente no era el más esperado por el público, pero no cabe duda de que es uno de los más especiales del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez-Blanco. Se subían al escenario los alumnos de los cuatro cursos de la academia musical: canto, canto coral, música de cámara y viola da gamba. En total, más de medio centenar de personas, sumando a los profesores.

Las 12:00 era la hora prevista para la actuación pero mucho antes ya se oía música por Vélez-Blanco. Desde más de una hora antes los alumnos ya afinaban instrumentos y voces en la ermita de la Concepción y la iglesia de San Luis. En el centro del escenario presidía un clave de color oscuro, a juego con la vestimenta de la mayoría de los músicos y cantantes. 

A las 12:08 horas daba comienzo el concierto. Tras una breve introducción de Helena Martínez, coordinadora artística del festival, comenzaban a sonar las voces desde el coro del templo. Con la dirección de Jorge Enrique García cantaron “Regina Caeli”, del compositor portugués Joao Rodrigues Esteves, de principios del siglo XVIII.

Al finalizar el coro las miradas regresaron hacia el escenario, donde ya estaban listos alumnos del taller de viola da gamba, impartido por Noelia Reverte —profesora de viola da gamba en el conservatorio Giuseppe Verdi de Milán— junto a otros del curso de música de cámara que que ha tenido a Aarón Zapico como profesor —clavecinista y director de agrupaciones especializadas y orquestas sinfónicas—.

Comenzó la violinista María del Mar Alférez, acompañada de Zapico al clave. Demostró que a pesar de su juventud es una virtuosa del violín. Después, las violas da gamba —Helena Rico, Nina Díaz y Antonio del Carmen López— junto a la violinista interpretaron “Partite sopra la romanesca” de Scipione Stella. Al clave, Miguel Alcantud, el cartagenero invidente que repitió por tercer año consecutivo y que no deja de maravillar a propios y extraños por su conocimiento musical y su destreza con multitud de instrumentos.

Antonio del Carmen López tomó entonces la voz solista con su viola da gamba bajo, acompañado de Noelia Reverte y Aarón Zapico para interpretar una emotiva “Recercada Settima”, de Diego Ortiz.

Se había anunciado una sorpresa y esta llegó en el momento de las danzas, cuando el contratenor Jorge Enrique García subió al escenario y agarró una viola de gamba. Durante toda la semana estuvo dando clases con Noelia Reverte y se atrevió a demostrar todo lo aprendido ante el público presente. Las violas interpretaron tres danzas con nombres de mujeres (Agatha, Margaretha y Johanna), del compositor Erasmus Widmann. Junto a Jorge Enrique García (viola tenor) y Miguel Alcantud (clave), tocaron Antonio del Carmen López y Nina Días con violas soprano, y Noelia Reverte y Helena Rico con violas bajo.

Una vez que las violas da gamba finalizaron su repertorio llegó el turno para los alumnos del curso de música de cámara. En primer lugar, Aarón Zapico agradeció a la organización del festival por esatr un año más en Vélez-Blanco y luego aseguró que “es un placer para nosotros darle clases a estos músicos”. También tuvo palabras amables para los voluntarios que “nos dan agua, fotocopias y, sobre todo, sonrisas”.

Fueron intercalando sus actuaciones con las de los solistas de canto, cuya profesora ha sido la mezzosoprano Marta Infante. Brillaron las impresionantes voces de Lola Cayuela, Helena Martínez, Carmen Ramírez, Paula García, Antonio Ruiz, Coco Díaz, Paula García y Luis Ortega, que si bien no pudo cantar la aria que tenía prevista por un proceso alérgico, deleitó al público con un terceto. Sonaron canciones de Händel, Scarlatti, Carissimi, entre otros.

Haciendo un paréntesis entre las actuaciones de los cantantes, los alumnos de música de cámara interpretaron una sonata de Marcello para violonchelo, adaptada a la viola de Emma Martínez de León, con acompañamiento de violín y clave.

El concierto finalizó como empezó, con el coro cantando una canción del portugués Joāo Rodrigues Esteves, en este caso “Gloria” y desde el escenario. Unas 40 voces de mujeres y hombres perfectamente empastadas por el director del taller y con el acompañamiento al órgano de Bruno Campelo. Como no podía ser de otra forma se llevaron una enorme ovación del público, poniento así fin a un concierto que duró algo más de una hora y media.

Cándida Martínez, directora del festival, felicitó a todos los alumnos por su brillante paso por la academia musical en un año que ha estado marcado por los “encuentros”, tema sobre el que ha girado toda la programación. Por ello, la directora espera que el año que viene, “aunque el tema elegido será otro, sigamos encontrándonos aquí en Vélez-Blanco”.

El evento finalizó con la entrega de diplomas a los alumnos, profesores y voluntarios. Anteriormente se habían llevado los suyos los asistentes al seminario internacional de historia.