El autor de La Celestina, detective en una novela negra

"Historia, literatura, intriga y pasión en una novela detectivesca basada en el asesinato del bufón real de Carlos V y resuelto por Fernando de Rojas"

Antonio Galindo Antonio Galindo Cuenca

06 de mayo 2018 - 02:34

La ficha

'El manuscrito de fuego' Luis García Jambrina.Editorial Espasa, 2018

Si nos atenemos a libros editados en las últimas décadas, El nombre de la rosa (Lumen, 1980) de Umberto Eco hizo florecer el subgénero histórico de detectives en siglos pasados, lo que podríamos denominar novela negra de época. Y eso es lo que encontramos en la serie de Jambrina, El Manuscrito de piedra, El manuscrito de nieve y El manuscrito de fuego, todas ellas con Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, como detective, o pesquisidor, que es como se describía ese papel en el siglo XVI.

Otros libros recientes de autores españoles siguen esa misma línea de género policíaco ambientada en épocas pasadas, como las pesquisas en la ciudad de Jerez del siglo XVIII de Juan Pedro Cosano con su trilogía: El abogado de pobres, Llamé al cielo y no me oyó y Las monedas de los 24; La Ciudad de Luis Zueco sobre unos asesinatos rituales en la Albarracín del siglo XIII; o La abadía de los crímenes de Antonio Gómez Rufo, en torno a las muertes de unas novicias en un monasterio leridano también en el siglo XIII.

Luis García Jambrina, es un profesor de literatura en Salamanca y además de la trilogía de los manuscritos, es el autor de La sombra de otro, desde donde nos adentra en la singular vida de Cervantes desde la hipotética visión de su principal antagonista o Tierra de Lobos, novela policíaca homenaje a las reporteras de sucesos de la España de los años 50.

En El Manuscrito de fuego, Fernando de Rojas, ya con sesenta años y retirado como jurista, recibe el encargo de la emperatriz Isabel de Portugal, para que como pesquisidor real, esclarezca el asesinato de don Francés de Zúñiga (Francesillo), ilustre bufón de Carlos V, personaje verídico de quien Francisco Umbral llegó a decir que "es el modelo crítico/barroco de quien venimos todos los bufones literarios de la España bufonesca, incluido Quevedo".

Fue el autor de la Crónica burlesca del emperador Carlos V, un texto que refleja el ambiente de la corte desde una visión satírica y llena de mordacidad para todo el círculo regio y cuyas continuas burlas en las audiencias reales le granjearon múltiples enemigos, que terminaron con su asesinato.

En la trama aparecen personajes de la época y lugares emblemáticos de la Universidad de Salamanca, destacando el papel protagonista de su célebre fachada, pieza muy importante en el relato (homenaje en este 2018 al VIII centenario de su fundación). Jambrina consigue guiarnos como espectadores virtuales por unos escenarios y acontecimientos construyendo coherentemente su propia verdad sobre los hechos, aunando de manera certera historia, literatura, intriga y pasión.

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