Kingdom Come Deliverance 2 o cómo dejarse atrapar en el Medievo
El Loot de Txeron
Análisis. La segunda parte de Kingdom Come Deliverance es el sueño hecho realidad para vivir la Edad Media como nunca antes se había hecho
Eternal Strands, el aventajado nieto de Link y Wander que apuesta por la magia y la acción

La Edad Media ha sido una etapa histórica que siempre ha inspirado a muchos desarrolladores para crear videojuegos. Su crudeza y a la vez su rico y variopinto legado casan a la perfección para dar forma a propuestas que terminan enamorando a los jugadores.
Kingdom Come Deliverance 2
Género: ARPG Lanzamiento: 4 de febrero Desarrolladora: Warhorse Studios Plataformas: PS5, PC, Xbox Series Textos: Español Voces: Español Precio: 80€
El último ejemplo viene de manos de Warhorse Studios, la desarrolladora de videojuegos con sede en la República Checa, en pleno corazón de Europa, que tenía claro que la experiencia es un grado (y la ubicación también) y con la segunda parte de Kingdom Come: Deliverance (de aquí en adelante KCD2) han conseguido dar el do de pecho definitivo y alcanzar la excelencia.
El primer KCD, publicado en febrero de 2018, ya destacó por su enfoque totalmente realista en el que no había lugar para dragones ni elementos fantásticos ofreciendo una experiencia tan única que se podía definir como un simulador de la Edad Media. Y es que para quien no lo tuviese en el radar -entre los que me incluyo-, KCD ofrecía mecánicas de hambre, sueño, aseo personal o heridas que iban de la mano con la simulación absolutamente demencial de las rutinas y roles de los personajes que habitan los asentamientos y ciudades de Bohemia. Esto derivaba en que fuese necesario por parte del jugador utilizar una antorcha por las noches para no ser considerado un sospechoso o maleante, que si no nos lavábamos los NPCs te iban a tratar fatal o pasaban de ti, o que fuera perfectamente posible morir de inanición si no cuidábamos nuestra alimentación. Y lo de no dormir, como es lógico, también afectaba a nuestra capacidad de bregar o movernos por el escenario.
Y KCD2, título en el que nos hemos sumergido durante decenas de horas estas últimas semanas, busca esa máxima en las nuevas entregas de “más y mejor” que se cumple a rajatabla desde el primer momento en el que nos ponemos a los mandos. Todo comienza con un apartado gráfico que nos envuelve con un realismo inusitado y, tras muchas peleas, miserias y encomiendas mediante, estamos en disposición de asegurar que Warhorse Studios ha conseguido crear una experiencia única que todo buen amante de los videojuegos no debería pasar por alto.
La historia sigue con las andanzas del bueno de Henry, un joven herrero que vivió en la primera parte su venganza y redención tras la muerte de sus padres. La narrativa no solo se centra en él. Sus compañeros también juegan un papel crucial, lo que añade profundidad al relato. Además con más de cinco horas de cinemáticas y un guion que recuerda a películas como Ocean’s Eleven o Malditos Bastardos, el juego ofrece una experiencia rica y variada que puede mantener a los jugadores enganchados cerca de 100 horas. Ahí es nada.
Al evidente y perceptible salto gráfico que ha experimentado KCD2 frente al original, consiguiendo por momentos hacernos creer que estamos viviendo en el Medievo y que las notificaciones de la hipoteca y los recibos de la luz y del agua que han llegado a tu smartphone no tienen nada que ver contigo. Absolutamente todo reacciona a nuestro día a día en ese mundo digital creado con un mimo exacerbado. Las misiones que precisan de un tiempo determinado, obedecen a los ciclos de día y de noche, y si no estamos pendientes, fracasaremos simplemente porque llegamos tarde para acometerlas. En mi mente, por ejemplo, está la investigación que en cierto momento del juego tenemos que hacer de una chica embarazada desaparecida. Dependiendo de cómo se lleve a cabo y del tiempo que tardemos podremos encontrarla muerta o viva con su bebé sano y reconciliada con su marido. Algo que pude comprobar, haciendo uso del cargado de una partida anterior para probar la variabilidad del título. Y sorprende. Y a la vez te deja exhausto por momentos.
Y es que si algo tengo claro es que en KCD2 el tiempo pasa volando. El Medievo te atrapa y Henry es solo tu alter ego para dejarte llevar mientras destinas media hora de reloj afilando tus espadas en la herrería o una hora llevando a cabo labores de agricultor quitando malas hierbas en un huerto para ganarte la vida.
Porque aquí nadie te regala nada. La vida misma te golpea con tanta fuerza que a veces creerás que las injusticias no son cuentos chinos ni malos augurios desde el salón de tu casa.
Y en ese proceso, toda una montaña rusa de emociones, el juego nos va guiando por momentos y, en otros, los más numerosos, nos deja avanzar sin cortapisas, a nuestro ritmo. Y quizás ahí resida la magia de este título de mundo abierto y es que por primera vez en mucho tiempo he sentido que soy el dueño único de mis designios en el reino medieval de Bohemia, un Estado Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico durante el siglo XV.
Y a ello ayuda una traducción completa del juego al castellano y un doblaje de primer nivel que huye de los tonos planos para hacer de cada encuentro, de cada pelea, de cada conspiración, todo un homenaje a la interpretación.
Y el juego es tan crudo y visceral que los combates, otra de las grandes señas de identidad de la franquicia, sigue siendo en este KCD2 todo un arte difícil de dominar pero placentero y adictivo cuando se descubre su ‘timming’. Morir es tan sencillo que es fundamental aprender a cuidar muy mucho nuestro equipamiento, nuestra salud, nuestros pertrechos y hasta nuestros guardados (que precisan de dormir en una cama o bebiendo una pócima llamada Schnapps redentor que podemos comprar o preparar).
Nosotros hemos disfrutado de esta apasionante aventura en Playstation 5 Pro que presume de tener la mejor versión de videoconsolas al aunar los modos de calidad (resolución 4K) y rendimiento (60fps) para ofrecer una experiencia muy estable y sin apenas bugs. De hecho, es de los primeros títulos que ya aprovecha todo el potencial extra de PS5 Pro.
Conclusiones
Conectar o no con KCD2, tras el inusitado realismo que atesora, es la única razón para recomendarlo o no. Quizás muchos jugadores no estén preparados para tal exigencia emocional y es totalmente respetable. Pero hacerlo, dejarse llevar y hacer de Henry el responsable de cumplir ese sueño de pequñeo de ser un caballero medieval es tan gratificante que perdérselo debería ser tipificado como una falta grave para todo aquel que ame a los videojuegos. Su grandeza será recordada durante décadas. Ha nacido un título disruptor y único que será recordado durante décadas. Sin duda, un clásico. El primero que tenemos entre manos en este año 2025.
Hemos podido probar Kingdom Come Deliverance 2 en PS5 Pro gracias a una clave que nos ha enviado Plaion España.
También te puede interesar
Lo último