Armored Core 6, una explosiva y extrema ración de diversión
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Análisis. El nuevo título de From Software es el mejor ejemplo de cómo la jugabilidad puede y debe ser el eje vertebrador en una propuesta frenética, exigente y excelsa en su acabado visual y sonoro
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Almería/El idilio con la excelencia que mantiene From Software desde hace más de una década comienza a ser digno de estudio. Los creadores de un género como los Souls con su mítica e icónica saga Dark Souls se han convertido, por méritos propios, en unos de los reyes Midas del sector a base de trabajo, innovación y valentía. Su último hijo, Elden Ring, terminó el año pasado por consagrarles y salir de ese nicho de mercado de juegos difíciles y sin concesiones en el que estaban encasillados con los citados Dark Souls, Bloodborne, Sekiro o el precursor del género, Demon Souls.
Armored Core 6: Fires of Rubicon
Género: Acción Lanzamiento: 24 de agosto Desarrolladora: From Software / Bandai Namco Plataformas: PC, PS4, PS5, Xbox Series y Xbox One Textos: Español Voces: Inglés Precio: 70€
Por eso, la publicación hace unas semanas de la sexta entrega numerada de otra saga de largo recorrido del estudio nipón pero no tan conocida como es Armored Core y que llevaba más de una década en el limbo, ha supuesto todo un revulsivo en el sector.
¿Y qué es Armored Core? Un juego de acción con robots de grandes dimensiones o mechs que ofrece batallas frenéticas, numerosas opciones de personalización y enfrentamientos contra jefes finales made in From Software.
El que suscribe estas líneas no había jugado antes ninguna entrega y ya os adelanto que no hace falta hacerlo porque pese a ser numeradas y estar ambientadas en un mismo universo, no necesitamos haber jugado las anteriores.
Mercenarios al poder
El juego nos sitúa en el remoto planeta Rubicon 3 en el que se ha descubierto una nueva y misteriosa sustancia llamada Coral. Se esperaba que esta sustancia fuese una fuente de energía que provocase un drástico avance en las posibilidades comunicativas y tecnológicas de la humanidad; sin embargo, lo que provocó fue una catástrofe que sumió en llamas y tormentas tanto al planeta como a todas las estrellas circundantes, formando así un sistema solar en llamas. Casi medio siglo después, el Coral ha reaparecido en Rubicon 3, un planeta contaminado y sellado debido a aquella catástrofe. Empresas extraterrestres y grupos de la resistencia se enfrentan por hacerse con el control de la sustancia. El jugador tendrá que infiltrarse en Rubicon como mercenario independiente y, allí, se encontrará en medio de la lucha entre empresas y otras facciones por hacerse con el control de la sustancia.
Esa es la sinopsis de un juego que se publica en un año cargado de referentes RPG con grandes tramas argumentales como Baldurs Gate 3 y Starfield, y que consigue abrirse paso ofreciendo una premisa clara: la jugabilidad no se negocia y está por encima de todo: sin cortapisas, pura, cortita y al pie.
Y es que es ponerse a los mandos del mecha y sentir una sensación de libertad y de adrenalina contenida que nos retrotrae a otras décadas en la industria en la que las emociones iban de la mano de esa vertiginosa jugabilidad.
Además, a todo eso se suma, que la trama es mucho más lineal y fácil de digerir que en los citados Souls por lo que se acrecienta esa sensación de conexión mientras nos enfrascamos en realizar multitud de maniobras de ataque y defensa, medimos las distancias frente a nuestros enemigos y vamos experimentando con todas las personalizaciones de armas y piezas que hacen que un mismo combate se sienta de manera diametralmente opuesta.
Personaliza tu mecha sí o sí
Y es que From Software se ha preocupado en que, sin decírnoslo, personalicemos nuestro mecha y no dejemos de probar diferentes combinaciones ya que en muchos casos y para ciertos jefes es necesario hacerlo para conseguir vencerlos.
A todo ello se suma un acabado visual de primer nivel, que sin ser lo más puntero del sector, ofrece un nivel de detalle notable y una exquisita dirección artística, una gran distancia de dibujado y un motor de partículas y físicas que quitan el hipo. A eso hay que añadir que el juego corre a unos más que necesarios 60 fps en su modo rendimiento (totalmente aconsejable frente al modo calidad) en Xbox Series X, plataforma en la que hemos probado el título.
La vertiginosidad que destila el juego se refuerza también en los nimios tiempos de carga por lo que comenzar una misión o repetirla para mejorar nuestras estadísticas y también las ganancias para poder adquirir nuevas piezas se lleva a cabo en apenas segundos.
El juego no viene doblado al castellano pero sí cuenta con subtítulos y está totalmente traducido, algo muy común en los juegos de From Software, y no llega a ser una pega importante para seguir el hilo de la trama. Solo en algún momento puntual de acción mientras esquivaba misiles y no paraba de disparar con mis ametralladoras he perdido el hilo con el comandante que me daba órdenes por radio.
Tras haberlo superado en algo menos de 25 horas (con algún jefe que me ha hecho morder el polvo más de la cuenta), la conclusión es clara:es un título al servicio de la jugabilidad que te mantendrá pegado a la pantalla sin parar de bregar. Acabarlo es solo el inicio para seguir desgranando todos sus entresijos. Sin duda, pura diversión.
Hemos realizado este análisis gracias a una clave para Xbox Series X que nos ha enviado Bandai Namco.
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