El almeriense Paco de la Torre lleva su obra pictórica a una galería de Reus
El artista, que vive y trabaja en Valencia, expone la muestra titulada 'El arrojo de la sombra' en la galería Antonio Pinyol hasta el próximo día 16 de diciembre

La galería catalana Antonio Pinyol expone la obra reciente del artista Paco de la Torre (Almería, 1965). Su nueva serie pictórica está basada en las conexiones entre los procesos automáticos y la arquitectura. Una reflexión sobre el ilusionismo de la geometría y el poder de la sombra.
Estas dos líneas de investigación en las que trabaja De la Torre la memoria y el automatismo se yuxtaponen arrojando nuevas imágenes en sus lienzos. "Mi devenir necesita de una representación para orientarse".
Paco de la Torre desarrolla su sensibilidad hacia la arquitectura en Almería, donde pasó su infancia rodeado de la obra del arquitecto racionalista Guillermo Langle. Una arquitectura que permaneció anónima e invisible hasta que una necesidad brusca se le reveló inesperadamente. Un proceso de búsqueda sobre el origen de una obsesión por la arquitectura fraguada a la sombra de la obra langliana.
En 2005 Paco de la Torre inicia un trabajo de recuperación de esta obra, comisariando una exposición-homenaje que incluyó una serie pictórica: El Arquitecto Invisible. Esta serie fue su primer acercamiento a la arquitectura racionalista a través de la pintura.
Pero las construcciones de corte racionalista ya están presentes en la obra de Paco de la Torre desde su estancia en Milán a finales de los años ochenta . La casa cubo de la tradición mediterránea, la casa esencial de cuatro muros, puerta y ventana conecta automáticamente con los principios racionalistas. Un camino entre la tradición y la vanguardia por el que deambula la obra del autor. Un espacio, también, entre la figuración y la abstracción que comparte con la nueva figuración española.
El automatismo que destilan los dibujos más abstractos de Paco de la Torre conforman la vía del "marcianismo", como la denomina el escritor Adolfo Barberá, una línea de trabajo en la que busca darle cuerpo al dibujo en la pintura.
Los dibujos son representados en esta ocasión, bien como ausencia de color, bien como paisajes mentales en los que se edifican los proyectos arquitectónicos rescatados de la revista AC.
El ornamento propio de los automatismos se híbrida con la geometría esencial, la forma arquitectónica, perseguida en las obras racionalistas. Y la sombra como nexo entre los volúmenes. Una sombra arrojada, intrépida, osada, sin luz, no siempre ciega.
La arquitectura sobre la que trabaja De la Torre corresponde al tiempo de vanguardia. Un trabajo de arqueología de la modernidad centrada en la mítica revista AC. Documentos de Actividad Contemporánea fue, en los años treinta del siglo XX, el medio de comunicación de los arquitectos modernos agrupados bajo las siglas GATEPAC.
En sus páginas se recogen los hitos del racionalismo en Cataluña y España. Unas construcciones olvidadas por la historia que se convierten por el poder de la pintura de nuevo en iconos.
La descontextualización de la fotografía histórica, la recreación de los documentos y la elevación de las edificaciones a partir de planos son las estrategias que utiliza el autor para enfrentarse a la construcción esencial de Sert, Illescas, Mercadal, Gutiérrez Soto, Edo, Langle entre otros. Una pintura que es capaz de hacer visible la imagen dando cuerpo a lo imaginario.
Para la ciencia, la sombra arrojada será la intersección del cono de la sombra, generado por la línea generatriz y las formas que abraza. Pero la sombra y el claroscuro, junto a la perspectiva, son las armas de la pintura Metafísica, otro referente importante en la obra de De la Torre.
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