Terque recupera dos años después la jornada para la recuperación de viejos oficios
Intensa jornada en las calles del municipio en torno a las tradiciones y los oficios que hoy prácticamente han desaparecido

Terque vivió ayer domingo la XVIII Jornada de Recuperación de Oficios Antiguos. El objetivo de esta actividad era la puesta en valor y el recuerdo de todos aquellos oficios o trabajos tradicionales que hoy han desaparecido o están en franco retroceso. Los rápidos cambios sufridos en las últimas décadas por las formas de vida tradicionales han puesto en peligro de extinción y olvido trabajos y oficios que fueron esencia de la vida cotidiana durante siglos y siglos.
Los trabajos relacionados con la agricultura parralera fueron el centro vertebrador de las actividades como la elaboración de los tradicionales barriles para la uva de embarque y los trabajos del enfaenado de la uva: limpieza y envasado.
Cada año nuevos oficios y trabajos se van incorporando. En total más de 50 oficios y tareas diferentes: el pregonero, el afilador, el alfarero, la matanza, la cestería de cañas y esparto, el grabador, el lavadero, etc…
La jornada cuenta cada vez con una mayor participación de visitantes y artesanos de toda la provincia llegados desde Terque, Benahadux, Vélez Rubio, Huércal Overa, Pechina, Gádor, Alhama, Alcolea, Laujar y Almería. La actividad esta organizada por el Ayuntamiento de Terque y la Asociación Amigos de los Museos de Terque.
Entre los oficios y tareas presentes ayer en las calles de Terque estaba el Afilador (Enrique Nieto de Terque), Alfarería (Salvador Hernández de Vera); Barrilería (Eduardo Ortega y Manuel Benavides de Berja y Guillermo García y Manuel Belmonte de Terque); Barquillero (Manuel Palomar de Terque); Bicicletas (Manuel Felices de Pechina); Carrizo de cohetes, artesanía (José Ángel Navarro de Terque); Cartero (Antonio Rodríguez de Alhabia); Cestería de Caña (Dolores Santiago de Gádor).
También se podía encontrar la Cestería con farfolla (Asociación de Mujeres de Huécija); Ciego de los Romances (Juan Salvador López Galán de Granada); Curas, monaguillo (Andrés Costa y Manuel García de Terque); Desfarfollar y desgranar el maíz ( Pepa Romero); Encalar paredes. Taller para niños (Vecinos de Terque); Enguitador de sillas (Francisco Ramos Fenoy de Sorbas); Escobero (Emilio Amate de Terque); Esparto (María Pérez de Huércal Overa, Manuel Utrilla de Alcolea, Ángel Cantón Amate de Terque y Simón Clares de Canjáyar); Faena de la Uva (Mujeres de Terque); Forrado de Botones (Antonio y Guillermo Contreras de Terque); Guardia Civil (Javier Amate y Jacinto Ayala de Terque)
No faltó a su cita la Hilandera (Maribel Morales Pedrosa de Alhama de Almería); Jaulas (Ramón Morales de Granada); Quesos (Quesería Artesanal El Pericho de Roquetas), la Matanza con las Mujeres de Terque; Lavanderas (Niñas y Mujeres de Terque); Madera-Torneado (Juan Carlos Parra de Huércal Overa); Marmolista (Andrés Molina Franco de Macael); Mermeladas (Rafael Pozo de Casa de Avío de La Cañada); Música (Cuadrilla de Sorbas); Panaderías (Luis Cortes de Terque y Paqui Rodríguez y Pepe Díaz de Huércal); Pan de Higo (Carmen López Ribas de Alhama); Pirotecnia La Zorra (Antonio Almezija de Illar); Pregonero (José Luis Segura de Terque); Reparación carrera de medias (Presenta Ruiz de Terque); Seda. Hilado (Rosamary Maqueda de Illar; Seda Trabajos (Hermanas González de Pechina); Sereno (Vecino de Terque); Telar (Artesanía la Plaza de Laujar); Turronero (Miguel el Dulcero de Ugíjar; Fabricación de Velas (Asociación Amigos Museo de Benahadux) y La modernista. Tienda de Tejidos (Natalia Gil y María Dolores Amate).
Oficios en el olvido y que renacen cada año en Terque
El tiempo de los artesanos, de los oficios va quedando en el olvido. Muchos de los objetos que utilizaban los hombres salían de pequeños talleres y tiendas o llegaban de la mano de oficios ambulantes. Hoy, la mayoría de las manufacturas nacen en fábricas e industrias donde las máquinas han sustituido al lento y primoroso trabajo de herramientas y manos de viejos artesanos. En cualquier bajo de alguna casa había un negocio, una tienda, un pequeño taller, lugares cercanos, de vecindad, de sabiduría donde te conocían, donde a veces te atendían de fiao. Cada oficio era un arte, que se aprendía tras años de experiencia, que comenzaba desde la niñez al entrar de aprendiz. Otros eran trabajos ambulantes, el lañador que daba una segunda oportunidad a fuentes y cántaros. El afilador que hacía sonar su inconfundible silbato, cuchillos, tijeras y navajas salían a su encuentro. Muchos de ellos han desaparecido, - los barrileros, los lañadores - otros han vivido en los últimos años la decadencia de sus oficios. Cada año renacen en Terque.
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