'Olvida los tambores' retrató la juventud de los años 70
Gran interpretación de las actrices Elena Furiase y de la almeriense Eva Almaya con un excelente Antonio Albella

El público que acudió el sábado al Teatro Auditorio de Roquetas de Mar podía pensar a priori que iba a disfrutar de una comedia para reírse durante dos horas y olvidar todo. Lejos de esa realidad se enfrentó a una obra como es 'Olvida los tambores', donde hay momentos para reírse y otros para llorar. Y es que esta mezcla de comedia y drama, basada en la obra de Ana Diosdado y escrita hace casi 40 años, tiene hoy plena vigencia.
Durante dos horas , esta obra que protagoniza Toni (Antonio Hortelano) y Alicia (Elena Furiase), una historia ambientada en la década de los 70, que retrata las vivencias de la juventud, en contrapunto con el momento histórico que vivía España. Alicia y Pili (Eva Almaya) son hermanas, pero también son muy distintas. Una noche, invitan a cenar a casa a un productor musical y éste consigue engañarlos a todos para que, durante la cena, vayan poniendo sus pensamientos, vivencias, miedos y sentimientos sobre el tapete.
En este montaje teatral hay que tener en cuenta a una joven actriz, que borda su personaje y a pesar de su juventud, parece que lleva sobre los escenarios desde que nació. Se trata de Elena Furiase, la hija mayor de Lolita y Guillermo Furiase, una actriz que lleva sangre de artista en sus venas, y que parece que lleva años en esto a tenor de su capacidad interpretativa y su saber estar sobre las tablas.
En la obra también aparece la almeriense Eva Almaya, que realiza un papel excepcional, donde deja constancia de los muchos años que lleva en el mundo del teatro y del cine. Su interpretación es excelente. También daba alegría ver sobre el escenario a uno de los grandes actores de este país, como es Antonio Albella, el actor de más edad sobre el escenario puesto que la juventud es la que se impone en esta obra.
Albella que un día formó parte del grupo Locomía y después se dedicó a ser actor. En esta obra da cuenta de la experiencia que tiene llevar muchos años dedicado a pisar tablas y escenarios y por ello hace un papel difícil, pero a la vez imponente. Impresionante poder disfrutar de tanto talento en una obra de teatro y recuperar figuras como Albella. Y es que la obra que lanza muchos mensajes a lo largo de dos horas tiene algo bueno, y es que saca a los protagonistas lo que siempre habían guardado y nunca se habían atrevido a contar. Una obra con una buena puesta en escena, con una escenografía de finales de los años 70, donde la música también juega un papel importante.
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