Noche de emociones y duende flamenco en el homenaje a Juan Manuel Torres
Más de una veintena de artistas se unieron a este espectáculo benéfico que tocó todos los palos del flamenco y revivió muchos recuerdos

El sentido tributo que se rindió el viernes en el Maestro Padilla al desaparecido Juan Manuel Torres quedará grabado en la memoria de todos. Muchos fueron los artistas del mundo del flamenco que quisieron recordar a su amigo a través del arte que era su pasión.
El espectáculo, que duró tres horas, pasó por el cante, el baile, la guitarra y los sentimientos, ya que cada uno de los artistas que se subía al escenario tenía un acorde o un quejío que dedicar al fallecido percusionista y palmero almeriense. Además del homenaje, la noche tenía también un carácter benéfico, ya que todos los fondos recaudados serán destinados a ayudar a la familia de Juan Manuel Torres, que dejó viuda y dos hijas.
La noche comenzó, como no podía ser de otra manera, con cajones flamencos. Cuatro percusionistas tocaron una pieza rítmica y alegre, como era el propio Juan Manuel, alrededor de un quinto cajón con flores, que evocaba su ausencia.
A continuación, el recuerdo se hizo aún más sentido tras un breve poema dedicado al almeriense: ¿Dónde vas, Juan Manuel?, ¿dónde vas, gitanico?, ¿quién te espera?, ¿te has llevado tu cajón? (…) Donde tú estás, llevarás el compás. Adiós gitano. Adiós, flamenco.
Tras estas palabras llenas de ternura y añoranza, subieron al escenario los familiares de Juan Manuel Torres para recoger de manos de José Bellido, Cristo y Juan Andrés Heredia, una placa honorífica de sus amigos.
Los agradecimientos al Ayuntamiento de Almería por ceder el Auditorio para la causa, así como a patrocinadores y al propio promotor de la idea, el cantaor Cristo Heredia, dieron paso al festival.
Abriendo la noche, Fermín Fernández cantó un tema demostrando que su juventud no le resta sentimiento. Hércules Heredia rasgó el aire del Auditorio con un Tirititrán y dio paso a la primera actuación de baile de la noche, con Inka Díaz y la voz de Cristo Heredia.
El cantaor continuó en el escenario para interpretar Bahía de Cádiz, de Camarón de la Isla, acompañado por la guitarra de Francis Hernández. Juan El Pirri cantó dos temas, el segundo de ellos unas seguidillas que terminó sin micrófono.
El segundo número de baile lo protagonizó María La Rabota, con su genio acostumbrado. Kiko El Grillo contagió su alegría con dos canciones rumberas a pesar de recordar que Juan Manuel no pudo llegar a grabar los coros de su último disco, como estaba previsto.
Siempre con el desaparecido amigo en mente, fue el turno de José del Tomate, que mientras interpretaba sus dos piezas fue inspirando a un dibujante que realizó un retrato del homenajeado en el escenario, al ritmo de la guitarra.
El baile volvió al escenario de la mano de Ana Alonso, que con su sobriedad y expresividad características bailó entre los tres cantaores que la acompañaban. María Ángeles Fernández interpretó, solo con la música de una guitarra, dos temas con su dulzura y delicadeza, y a continuación tuvo lugar la sorpresa de la noche. Aunque no estaba previsto, Tomatito subió al escenario e interpretó dos piezas a dúo con su hijo, uniéndose así al recuerdo con la larga lista de artistas que llenó el viernes al escenario del Maestro Padilla.
El festival continuó con Cristo Heredia, Edu El Sosio y Antonio El Genial, a los que siguió Pedro 'El Granaíno', con tres temas, la última de las cuáles canto sin micro y a capela.
Para concluir la noche, se dedicó una alabanza al homenajeado con su imagen proyectada de fondo, así como un nuevo poema, muy emotivo. Tras esta despedida, todos los artistas salieron al escenario para agradecer al público su asistencia y ofrecer un final de fiesta en el que todos se animaron a bailar y dar palmas. Una noche mágica.
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