Muere el actor Patrick Swayze, el genial bailarín de 'Dirty Dancing'
El inolvidable interprete de 'Ghost' y 'La ciudad de la alegría' logró pelear hasta el final contra un cáncer de páncreas que le diagnosticaron hace 18 meses

Famoso por los sucios pasos de baile de Dirty Dancing, Patrick Swayze, fallecido ayer víctima de un cáncer, fue uno de los actores de referencia del Hollywood de los 80 y 90, años en los que protagonizó el clásico romántico Ghost.
Considerado uno de los chicos guapos del cine durante su juventud, el artista, que tenía 57 años cuando murió, trató de que el diagnóstico de la enfermedad, que se produjo en marzo del 2008, no le quitara las ganas de trabajar. Mientras recibía tratamiento contra el cáncer, Swayze grabó la serie televisiva The Beast, su último papel en televisión, donde interpretó durante 11 episodios al agente del FBI Charles Barker.
"Estoy pasando por un infierno. Estoy asustado, enfadado y me pregunto 'por qué a mí'", aseguró el actor en su primera entrevista televisada después de conocerse su estado. En el mismo programa, de la periodista Barbara Walters de ABC, reconoció que sus expectativas de vida podrían no superar los dos años. Finalmente, su lucha contra el cáncer se ha prolongado durante un año y medio.
Hijo del delineante Jesse Swayze y de la coreógrafa Patsy Swayze, de quien heredó su amor por la interpretación, Patrick iba en principio para atleta pero una lesión de rodilla le obligó a cambiar de sueño. Ingresó en la escuela de baile Harkness de Nueva York y posteriormente en la academia Joffrey de la misma ciudad, donde se convirtió en el primer bailarín de la compañía Elliot Feld.
Nacido el 18 de agosto de 1952 en Houston, Texas (EEUU), debutó en el cine en el filme Skatetown, U.S.A. (1979), y se estrenó en televisión con la serie North and South (1985), si bien su rango de estrella se lo ganó con títulos como The Outsiders (1983) del director Francis Ford Coppola o Red Dawn (1984) de John Millius.
Su salto definitivo a la fama llegó con la película Dirty Dancing (1987) y Ghost (1990) junto a la actriz Demi Moore, que constituyeron dos de los títulos más taquilleros de la época y le valieron dos nominaciones a los Globos de Oro. Su tercera tentativa para estos premios fue por su actuación en To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar (1995), aunque también se fue de vacío.
En 1991 actuó en otro exitoso filme ambientado en el mundo del surf y titulado Point Break, donde compartió protagonismo con Keanu Reeves. Un año más tarde, y bajo las ordenes de Roland Joffé, apareció en "City of Joy ", basado en la novela de Dominique Lapierre.
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