Mayumaná ofrece un espectáculo emocionante y cargado de ritmo en el Auditorio
Teatro, danza, música y clown se suman a la percusión con instrumentos no convencionales

Mayumaná tiene su origen en los sonidos primitivos, en la capacidad de producir música de elementos no convencionales, ya sea el agua, la madera o el propio cuerpo humano. Una idea que evoluciona en cada espectáculo y que en Currents comparte con los sonidos electrónicos y con la iluminación y colorido de las pantallas LED.
El resultado es una estética potente y un ritmo frenético para reflexionar sobre la disputa histórica que mantuvieron los dos inventores Thomas Alva Edison, creador de la corriente continua, y Nikola Tesla, corriente alterna, que se utiliza hasta hoy. Currents (corrientes) es, en definitiva, un espectáculo redondo que conecta de principio a fin con el público y que llenó de alegría el jueves el Auditorio Maestro Padilla, dentro del programa del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.
Sobre el escenario, ocho artistas demuestran su capacidad camaleónica, que les permite cambiar la piel de la batería a la danza, y de ahí a la canción, clown o el teatro, demostrando su versatilidad para las artes escénicas. Son artistas totales, que funcionan como el reloj que se proyecta en las pantallas, con una coordinación asimétrica perfecta, creando una armonía musical que hizo vibrar a todos los asistentes.
La esencia de Mayumaná es la creatividad y la desarrollan con la música que nace a partir de instrumentos no convencionales. Una investigación constante que anoche les permitió realizar espectaculares coreografía, como la generada con aletas de buceo en los pies y manos. Complejo, colorido y a la vez musicalmente brillante. O los juegos sonoros con el agua y el cristal. O el juego musical de tenis con unas sartenes. Sin olvidar, la marca de la casa como es la música con cubos de basura como batería. Y en todo momento transmitiendo una energía muy positiva entre el público.
Currents juega con los sonidos electrónicos y la música que surgen de cualquier material, incluido el cuerpo humano, y ahí sobresale la sesión de beatbox (técnica para producir sonidos musicales usando la propia boca), que compartió, bajando del escenario con los seguidores, a la vez que se proyectaba en directo en las pantallas. También brillantes en la coreografía coral sentados en una mesa, donde, las manos, el cuerpo, la voz y la propia expresión facial contribuyeron a producir la melodía.
Con una trayectoria de 25 años, más de 156.000 exhibiciones y ocho millones de espectadores en más de veinte países alrededor del mundo, Mayumaná es un placer para los sentidos, una lección de amor y pasión por la vitalidad, por la expresión de libertad de acuerdo a unos códigos muy precisos y dentro de una estética que va de la alta tecnología al dance furioso.
Está claro que Mayumaná no deja indiferente a nadie. A pesar de los años siempre que se suben al escenario sorprenden mucho puesto que cada vez arriesgan más en sus espectáculos.
En definitiva, el Auditorio Maestro Padilla disfrutó de la energía que transmite Mayumaná, conectando la expresión corporal y musical para producir electricidad musical. Brillante.
Una compañía que hace 26 años surgió en Tel Aviv para el mundo
Todo empezó con un sueño de talento, ritmo, color, música, energía y una creatividad explosiva. El sueño se convirtió en Mayumaná. La compañía, desde su creación en 1998, ha puesto en pie distintos espectáculos. En 1996, Eylon Nuphar y Boaz Berman tuvieron la idea de crear un espectáculo basado en el estilo creativo y la energía tan especiales que compartían. Reunieron a un pequeño grupo de artistas con talentos extraordinariamente versátiles y comenzaron a trabajar con ellos en un pequeño sótano de Tel Aviv. Para dar a Mayumaná su sabor distintivo, los bateristas tenían que bailar, los danzarines tenían que hacer sonar las cajas y actuar, los actores tenían que cantar y los cantantes tenían que ser acróbatas. Todas estas virtudes aderezadas con una pizca de locura y un carácter travieso. El rompecabezas se completó cuando Roy Ofer se unió a Eylon y Boaz y juntos formaron el motor que impulsó a Mayumaná al mundo real. En menos de un año, el primer espectáculo de Mayumaná debutó en Tel Aviv.
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