Fallece el escritor Ángel Cazorla Olmo

Obituario

Nacido en Santa Cruz de Marchena escribió novelas del oeste bajo el seudónimo de Kent Wilson

Ángel Cazorla Olmo.
Alejandro Buendía

09 de junio 2023 - 18:48

Los Museos de Terque, lamentan el fallecimiento del escritor almeriense Ángel Cazorla Olmo. Nacido en Santa Cruz de Marchena en 1930, reunía en su persona, una riquísima historia personal y una dilatada carrera literaria.

Ángel, era un niño muy “discreto” como dicen en su pueblo. Con siete años ya escribía cuentos, imitando los de Saturnino Calleja. Sus cuentos los cambiaba con otros niños por cepos u otros tesoros de la niñez. A los catorce años abandonó la escuela y un año después emigró a Tarrasa, donde empezó a trabajar en una fábrica.

Su pasión por la lectura y su deseo de escribir, se vieron realizados en 1952, cuando un amigo le sugirió que probara a escribir un capítulo de una novela del oeste. Alquilando una máquina de escribir, se inició en la literatura popular, en las llamadas Novelas de a duro. Novelas en ediciones baratas, de poco más de 100 páginas. “Yo había visto mucho cine del oeste, leído muchas novelas de Zane Grey o Silver Kane, y me resultó fácil.”

Su primera novela la publicó en Bruguera, pasando posteriormente a Toray. “Escribía una al mes, por la que me daban 1.200 pesetas, que sumaba al salario de la fábrica. En Bruguera me dijeron que tenía un estilo demasiado literario y poético, y que allí había que matar más gente, que eran novelas de acción.

Escribí entonces ¡TrabajaSepulturero!, con ella me convertí en un Ángel Exterminador. “Elegí el seudónimo de Kent Wilson, era obligado que las novelas parecieran escritas por un auténtico americano del mismísimo Kansas.”

Entre 1952 y 1958 publicó casi un centenar de relatos westerns, policíacos, románticos, de guerra y de ciencia ficción, bajo el seudónimo de Kent Wilson, El hombre de Nueva Orleans, El Libertador, La Hora de la Venganza, Locos del Espacio, La Llave, Espías en Nueva York o Un novio para Terry.

El Museo Etnográfico de Terque reconoció en 2013 a Ángel Cazorla, junto, como representante almeriense de un género literario, hoy casi desaparecido, la novela popular del oeste. Menospreciada por las instituciones como buena parte de la cultura popular, su lectura fue muy extendida en toda España, donde numerosos kioscos vendían y cambiaban estas novelas.

Obras de pequeño tamaño, que podían coger en el bolsillo del pantalón, pero que sirvieron para introducir a muchos españoles de las décadas de 1940 a 1960, en el mundo de la lectura. Colecciones como Bisonte y Búfalo de Bruguera o Seis Tiros y Héroes del Oeste de Toray, en las que junto a Kent Wilson destacaron maestros españoles como Marcial Lafuente Estefanía, Fidel Prado, José Mallorqui o Francisco González Ledesma que utilizó el seudónimo de Silver Kane.

En 1958, emigró a Bélgica, para diplomarse en inglés y francés, trabajando como albañil y asistiendo a clases nocturnas. A su regreso a España en 1960 se dedicó al ejercicio de las traducciones y a viajar prácticamente por todo el mundo como ejecutivo de ventas de una importante empresa textil de Tarrassa.

De la pluma de Ángel, han nacido también novelas de mayor madurez y valor literario como El Pan y la Tierra o Crónica de una Herencia. La primera es la novela que mejor ha retratado la sociedad rural de los pueblos parraleros de Almería. Escrita en Lovaina (Bélgica) en 1959, fue publicada en 1974, en Tarrasa. El Pan y la Tierra nos lleva a Santa Cruz de Marchena, a las primeras décadas del siglo XX. El argumento dramático, muestra la vida dura y austera de una familia de parraleros. La figura opresiva y dominante del padre, con la tierra como única meta, enfrentada a sus hijos que buscan la libertad, a través de los caminos del amor y la emigración, para huir de una sociedad refrenada, contenida e hipócrita.

Con una magnífica descripción de historias paralelas y personajes, la vida cotidiana y las costumbres fluyen para mostrar el pequeño y aislado mundo rural de Santa Cruz.

También cultivo la poesía, que fue una gran pasión para él. Entre sus libros están Sonetos al Hombre y el Viento y la Memoria.

En 2013, el Museo Etnográfico de Terque rodó un documental sobre su vida Le llamaban Kent Wilson realizado por José Carlos Castaño, que se grabó en Tarrasa, en Santa Cruz de Marchena su pueblo natal, y en el Parque Temático Oasys, poblado del Oeste, conocido como MiniHollywood. También fue protagonista de una exposición temporal de producción propia que el Museo dedicó a la novela popular de kiosko.

Desde los Museos le dedico un recuerdo con enorme cariño y admiración. Descanse en paz Kent Wilson, eterno luchador.

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