Emilio del Río: “El latín está presente en el sexo, en el deporte y en la economía”
El autor de ‘Latín Lovers’ estará hoy a las 20 horas en el Centro de Cultura de Cajamar presentando su libro en el ciclo ‘Diario de los Libros’
El profesor presenta hoy, lunes su libro Latín Lovers en el Centro de Cultura de Cajamar en la Casa de las Mariposas a las 20 horas. El escritor participa en Diario de los Libros que organiza Diario de Almería. Latín Lovers nace como una declaración de amor a la cultura clásica y con la vocación de difundirla a través del humor y la sorpresa. Es lo que practica su autor los fines de semana desde la sección Verba volant (las palabras vuelan) del programa de RNE 1, No es un día cualquiera.
-Usted pone de moda el latín, una asignatura que nunca resultó fácil para los estudiantes. El latín sigue estando ahí, según su libro.
-La cultura clásica y el latín son divertidos, muy divertidos. El libro demuestra que se puede aprender latín y reírse a la vez. El latín está presente en la actualidad, en el deporte, en el sexo, en la economía, donde ni siquiera lo podemos imaginar. Es sorprendente y genial comprobar hasta qué punto es así.
-¿Por qué decide embarcarse en esta obra Latín Lovers, que está siendo un éxito?
-Por compartir con los lectores el mundo apasionante y divertido de la cultura clásica. Como dice Mago More sobre el libro, “yo pensaba que el latín era un coñazo hasta que leí este libro”. Para hacer ver que nuestra lengua y nuestra cultura, nuestra manera de entender la vida, nuestras costumbres, vienen de la cultura clásica, sobre todo del latín. Y todo ello, con humor y jugando con la sorpresa.
-Usted apoya el latín de una forma sencilla y con un toque de humor. Su obra es un libro de divulgación dirigida para un público amplio y centrado en los que no tienen ni idea de latín.
-Latín Lovers es un libro pensado para los que no saben latín, para los que nunca han estudiado latín y no tienen ni repajolera idea de latín. Es un libro pensado para aquellos a quienes les cae mal el latín, porque lo estudiaron y no lo aguantaban o porque les cae mal. Y también, para aquellos que lo estudiaron y les gusta. Es un libro de divulgación, pensado para el gran público. Ninguno de los 53 capítulos se titula en latín. Ni uno. Y se puede leer sin hilo conductor, no hay que empezar en el primero y luego seguir por orden. Se puede empezar por cualquier capítulo y seguir por donde se quiera. Es ideal para leer en el bus, en el váter (un capítulo es sobre los váteres romanos, por cierto), en cualquier sitio, en ratos muertos.
-Lo clásico para usted sigue siendo moderno. Es curioso que utilicemos términos del latín a menudo sin darnos cuenta que son palabras provenientes del latín.
-No hay nada más moderno que la cultura clásica. No hay nada más moderno que el latín. Cuando pedimos en los bares de la calle Jovellanos una ración de jamón y otra de gambas, estamos siguiendo una costumbre de los romanos, a los que les encantaban el jamón serrano y las gambas ( a mí también), y resulta que jamón y gamba son la misma palabra. Nuestra lengua viene del latín, nuestra cultura viene de la cultura romana. ¡Y además es divertido conocerla!
-Cuando alguien le dice a otro: ‘Sabes latín’, está indicando que sabe muchísimo. Sin embargo, mucha gente se pregunta para qué sirve el latín.
-El latín sirve para que seamos mejores ciudadanos, sirve para ser más libres, más críticos, para tener criterio propio y que nadie decida por nosotros, para que no nos manipulen, para conocernos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Para dar respuesta a las preguntas que generaciones de mujeres y hombres nos hacemos siempre, ¿Qué es la felicidad? ¿Qué sentido tiene la vida? Yo me pregunto, ¿Hay algo más importante que esto? El latín sirve también para hacer mejor el amor y el humor. ¿Hay algo más útil que eso?
-Desde su espacio en la radio es una persona que trabaja mucho por la lengua y que defiende el latín. Los oyentes le felicitan cuando le ven por la calle por su labor divulgativa.
-No dejaríamos a nadie que destruyera a martillazos la Alcazaba de Almería, porque forma parte de nuestra historia, es nuestro patrimonio. Pues nuestra lengua es nuestro patrimonio. Es más que una obra de arte (a las que hay que proteger siempre), porque somos lenguaje, vayamos donde vayamos llevamos nuestra lengua. Así que conocer nuestra lengua es conocernos mejor y ser más independientes. Y eso además, de forma amena, sin que nos metan un coñazo.
-¿Cómo surge su historia de amor con el latín?
-Como siempre en las vocaciones, por buenos profesores. En mi caso, entre otros, Antonio Fontán (que fue, además de mi profesor, presidente del Senado democrático que aprueba la Constitución). Uno de los elementos más importantes de nuestra sociedad son los maestros. Maestro significa “el que es más”, porque “sabe más” -por cierto, viene del latín ”magister”. Hay que valorar más la función de los docentes. Y hay que pagarles más a los maestros y profesores. Dicho esto, como escribió Albert Camus, un mal maestro es uno de los peores asesinatos.
-Usted que ha profundizado a la hora de escribir su libro. En lo referente al lenguaje cómo era el comportamiento de los romanos.
-El latín es uno de los elementos más resistentes de la historia. ¡Ha resistido a todo durante miles, miles, de años! Es una lengua inmortal. Y una de las claves es el humor. Una de las grandes aportaciones de los romanos es el humor. Se reían de todo, sobre todo de sí mismos.
-Me fascina que en Alemania y Corea del Sur se estudie más latín que en España. Increíble parece.
-España es un gran país, es uno de los mejores países del mundo. Pero podemos y debemos ser mejores. Para ello hay que ver lo que hace que otros grandes países sean mejores. Y tienen algo en común, grandes países europeos como Alemania, Inglaterra, Francia o Italia, sean mejores, y es que estudian más latín, mucho más latín que en España. Incluso países como Alemania o Inglaterra cuyas lenguas no proceden del latín (aunque el 60% del inglés viene del latín). Por eso tenemos que poner más años de latín en nuestro sistema educativo, para ser mejores como país. Pero si hasta en un país como Corea del Sur, para estimular la creatividad y la innovación se ha puesto el latín en la enseñanza. ¡Y en España –cuya lengua y cultura son latinas-lo quitamos!
-Usted sería partidario de enseñar el latín desde muy temprana edad en los colegios.
-Sobre todo que se estudie más años, como hacen los otros grandes países de Europa. Tres años de latín y uno de cultura clásica o griego. Nos hará todavía un país mejor. Este libro, modestamente, quiere también contribuir a eso, a que nos demos cuenta de que con el latín somos más felices, nos divertimos y somos mejores ciudadanos.
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